RÍO DE JANEIRO.- La detención hoy del gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, por delitos de corrupción practicados desde 2007 expone de nuevo las entrañas del sistema de sobornos que provocaron la crisis política y fiscal en un estado que hasta 2014 era emblema del auge de Brasil.

 

El gobernador, en el cargo desde 2014, habría recibido sobornos de empresas con contratos con el gobierno estatal de Río desde 2007, por medio de pagos mensuales de 150 mil reales (unos 30 mil dólares), un “aguinaldo” anual por el mismo valor e incluso dos “bonos” de un millón de reales cada uno.

 

La operación, que se llevó a cabo en el marco de los desdoblamientos de Lava Jato, la más importante y reveladora acción contra la corrupción en Brasil, vincula a Pezao con su antecesor, Sergio Cabral, ya encarcelado, condenado e imputado en decenas de causas.

 

“Pezao heredó de Cabral la dirección de la organización criminal”, dijo este jueves el comisario Alexandre Camoes Bessa, responsable por la operación que provocó la encarcelación del gobernador.

 

A las seis de la mañana de este jueves, los autos de la policía federal llegaron al Palacio Laranjeiras, residencia oficial del gobernador del segundo estado más rico de Brasil, para arrestar a Pezao, gobernador desde 2014 y vicegobernador de 2007 a 2014.

 

Su arresto, autorizado por el Superior Tribunal de Justicia (STJ), con capacidad para ordenar detenciones y operaciones que involucran a personalidades aforadas, está basado en las confesiones de un colaborador de la policía que atribuye el pago de unos 10 millones de dólares a Pezao en ese período.

 

La fiscalía asegura que el esquema de sobornos estaba activo todavía y la detención de Pezao está motivada en el riesgo de que éste pudiera esconder el patrimonio y dificultar su recuperación por parte de las autoridades, que todavía desconocen adónde escondió el dinero.

 

Las autoridades policiales y la fiscalía creen que Pezao recibía entre cinco y ocho por ciento del total de los contratos de empresas que vencían licitaciones con el gobierno del estado de Río, que organizó en 2016 los Juegos Olímpicos.

 

Junto al gobernador fueron detenidas otras nueve personas, entre ellas su secretario de Gobierno, Afonso Monnerat, el secretario de Obras Públicas, José Iran Peixoto, y el sobrino del gobernador, Marcelo Santos Amorim.

 

La detención del gobernador es una nueva fase de la Operación Lava Jato y la revelación de la enorme trama de corrupción que durante décadas funcionó en Río de Janeiro, donde empresarios pagaban a políticos, jueces y autoridades de todo tipo para favores y acceso privilegiado al mercado de licitaciones públicas, desde obras a concesiones de autobús.

 

A principios de noviembre la policía federal de Brasil ya detuvo a siete diputados de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj) acusados de haber recibido sobornos por varios millones de dólares a cambio de votos y apoyo para empresas.

 

gac