Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, –el 26 y 27 de septiembre de 2014– dijo que no aceptan lo dicho por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que concluyó que, cuando menos, los cuerpos de 19 personas habrían sido incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero.
“Dicen que se encontraron restos de 19 cuerpos que no necesariamente eran de los normalistas, para nosotros el basureo de Cocula dejó de existir en el momento en que la verdad histórica fue hecha pedazos por el tribunal colegiado de Tamaulipas; y hay muchas anomalías y deficiencias de la Procuraduría General de la República”, manifestó en una entrevista con 24 HORAS.
Indicó que está comprobado, según investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y del perito peruano José Luis Torero, que los estudiantes no fueron calcinados en ese lugar como lo dijo Jesús Murillo Karam, entonces titular de la PGR.
Por su parte, José Trinidad Larrieta, titular de la Oficina Especial para el caso Iguala de la CNDH, afirmó a 24 HORAS que en la investigación que hicieron (a matertial en poder de la PGR) detectaron otros restos óseos, que no habían sido y podrían contener material genético suceptible a análisis.
Para ello, el organismo formó un equipo multidisciplinario integrado por 10 personas.
Cuestionado sobre la postura de los padres que afirman que los restos no pertenecen a sus hijos, comentó que entienden su dolor. “Tienen una legítima esperanza de que sus hijos estén vivos, sería muy sano para todos resolver todas estas series de dudas y que la Universidad de Innsbruck determine si estos restos son o no de los normalistas”.
En un comunicado, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) discrepó con el informe de la comisión e invitó a los autores a iniciar una mesa técnica forense.
LEG