Luego de 84 años de resguardar la privacidad de los presidentes, desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña Nieto, la Residencia Oficial de Los Pinos abrió sus puertas a la ciudadanía.
A la par de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, los visitantes pudieron apreciar desde la alcoba presidencial, utilizada los últimos seis años por Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, hasta el búnker secreto y la sala de cine, construidas durante el sexenio de Felipe Calderón.
La apertura de las instalaciones presidenciales ocurrió con un detalle: estaban vacías. En las casas Miguel Alemán, Benito Juárez, Venustiano Carranza y Lázaro Cárdenas no hay nada dentro, excepto la biblioteca en la oficina que ocupó Peña Nieto.
De acuerdo con información extraoficial, los tesoros históricos y artísticos, que por más de 80 años acumuló la Residencia presidencial, fueron llevados a una bodega, bajo el resguardo de la Defensa Nacional y la Secretaría de Cultura, para ser inventariados.
También desapareció otro de los símbolos de Los Pinos: el Estado Mayor Presidencial.
Los hombres de traje oscuro, que por años administraron y cuidaron ese lugar, fueron sustituidos por 50 voluntarios para guiar a los visitantes y policías militares para cuidar las instalaciones.
Información recabada por 24 HORAS, detalla que los más de dos mil elementos del Estado Mayor fueron reasignados a batallones de la Policías Militar y Naval a la espera de nuevas órdenes, ya bajo el mando del Ejército y la Marina.
El recorrido
El recorrido público inició en la Glorieta de Alencastre, para entrar a la Calzada Molino del Rey, donde los equipos de rayos X, identificadores biométricos, vallas y cámaras de seguridad fueron quitados, e incluso, a la entrada se colocaron puestos ambulantes de golosinas, refrescos y chicharrones.
Tras pasar la Calzada, cientos de personas hicieron fila para entrar el Museo del Estado Mayor Presidencial y al edificio de Molino del Rey, antes jefatura del Estado Mayor.
Las personas pudieron apreciar los autos que sirvieron como transportes presidenciales, entre otros artículos.
El recorrido siguió por una parte del Bosque de Chapultepec hasta el Jardín la Hondonada y la Calzada de los Presidentes, donde se encuentran las estatuas de 14 ex mandatarios.
En ese sitio se colocó una pantalla gigante, desde donde los ciudadanos siguieron la toma de protesta de López Obrador.
Luego seguió la Casa Miguel Alemán, donde Peña Nieto y su familia vivieron los últimos seis años, aunque no había muebles, se pudo conocer la oficina personal de los últimos tres presidentes; la alcoba principal, Cocina, sala de juntas, comedor y otros salones.
También se abrió el sótano, donde se encuentra el búnker construido en el sexenio de Calderón y la sala de cine, cuya información era confidencial y hasta hoy nadie publicamente lo conocía.
Sin embargo, los equipos de Telecomunicaciones y demás herramientas de seguridad nacional, fueron desmontadas del cuarto de mando de Los Pinos y sólo quedaron las pantallas y una mesa.
Tras visitar las otras casas, que la mayoría eran utilizadas como oficinas, los ciudadanos salieron por otra de las puertas de Los Pinos, cercana al metro Constituyentes, donde ya se podían retirar.
Otras personas optaron por trasladarse a la explanada Francisco I Madero, un jardín, donde no se podía pisar y en los pasados sexenios se reservó para contados eventos presidenciales, y que este día se convirtió en un lugar de picnic, donde los ciudadanos se recostaron para seguir las actividades del Presidente en Palacio Nacional.
fahl