Para nadie es nuevo que políticos y gobernantes mienten de manera sistémica. Lo cierto es que, si dijeran la verdad, la mayoría de ellos nunca serían votados.
Y en años recientes, dos ejemplos de mentirosos y bobos del poder y la política alcanzaron atención mundial; el hoy ex presidente George W. Bush y el presidente Donald Trump.
Al primero, los diarios de la época le contabilizaron casi 500 mentiras y declaraciones tontas, bautizadas como “bushismos” que están recopilados –de manera textual- en siete libros.
A su vez, hasta hoy la prensa norteamericana documentó cuatro mil 300 mentiras del presidente Donald Trump, a quien motejan como el mandatario más mentiroso de la historia.
Más, el recuento diario de The Washington Post dice que en el mandato de Trump, el republicano ha dicho 7.6 mentiras por día –en promedio-, y que el 5 de julio de 2018 rompió su récord: 79 mentiras en 24 horas.
En el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, el diario Contrapeso Ciudadano -www.contrapesociudadano.com.mx- documentó 51 mentiras históricas, de campaña y otras formuladas como Presidente electo.
Ése es, hasta hoy, el único recuento periodístico de las mentiras del político más popular de México y que hoy es Presidente. Sin embargo, el mismo diario digital sumó otras 10 mentiras más, dichas en los dos discursos del primer día de gobierno de López Obrador.
Mentiras como que ahora sí bajará el precio de la gasolina, una vez que se construyan las nuevas refinerías; decir que la reforma energética casi no atrajo inversión, acusar al neoliberalismo de todos los males y que le entregan un país en quiebra, entre otras.
Eso sin contar con el feo montaje fabricado por los propagandistas del círculo presidencial, quienes hicieron pasar como casual que un ciclista se emparejó al vehículo presidencial para supuestamente decirle “no nos puedes fallar”, lo que Obrador convirtió en discurso y que, por pura casualidad, fue “cabeza” de casi todos los diarios: “No les puedo fallar”. ¿Coincidencia?
Pero también los medios se sumaron al culto a la personalidad presidencial y a las mentiras. En muchas de las transmisiones especiales, el elogio desmedido fue la constante, mientras que al más viejo estilo del PRI le adjudicaban al nuevo mandatario todas las virtudes imaginables, y las coberturas mentirosas, elogiosas sin freno y las mentiras.
Pero la madre de las mentiras se conoció ayer, cuando el nuevo Gobierno y el Fideicomiso del Nuevo Aeropuerto pactaron reanudar las obras del NAIM. ¿Por qué es una nueva mentira?
Porque, además de una simulación para evitar las demandas de inversionistas y tenedores de bonos, el Gobierno no suspenderá la obra y, en cambio, el mismo Gobierno comprará la deuda para evitar una severa penalización. ¿Y dónde está la mentira?
En el engaño de reanudar la obra, que juega con la vida y el futuro de miles de trabajadores, y porque la simulación costará 34 mil millones de pesos, equivalente al presupuesto de algunas secretarías de Estado. Mentira y derroche.
Al tiempo.