Veranos cada vez más calurosos, inviernos más fríos y más tormentas, es el escenario mundial que vislumbran expertos, si no se detiene en aumento de la temperatura, generado por la emisión de gases de efecto invernadero, que actualmente afecta más al ecosistema ártico, pues se calienta más rápido que el resto de las regiones y que genera un impacto en todo el planta.
Este año se registró la cuarta temperatura media mundial más elevada desde que existen datos, al superar en un 1 grado centígrado la de la era preindustrial (1850-1900), según el reporte más reciente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Las regiones del Ártico y el Mediterráneo son las que han experimentado la mayor alza de temperaturas medias desde que hay registros, explicó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
“El medio ambiente Ártico es esencial para los sistemas climáticos mundiales y un mayor flujo de calor en el Ártico también afecta a los sistemas climáticos de todo el mundo”, advierte un estudio de Greenpeace.
El deshielo del Ártico, incluso, está formando un “nuevo océano”, según un reciente informe del Fondo Mundial para la Naturaleza urgió a impulsar medidas sostenibles para prevenir mayores impactos negativos sobre la región.
Este reporte, dado a conocer el mes pasado, subraya la importancia de garantizar que cualquier desarrollo futuro promueva un Ártico saludable y biodiverso que beneficie a toda la vida en la región.
“Las costas vulnerables del Ártico y sus especies marinas como peces, focas y ballenas entrarán cada vez más en conflicto con las actividades industriales si no se adoptan políticas adecuadas”.
El informe propone la creación de una red de áreas marinas protegidas para permitir que las especies se adapten y sean resilientes frente al cambio climático.
LEG