“Por supuesto”, fue la respuesta de Guillermo del Toro sobre si Pinocho, su próxima producción, incluiría tintes políticos, la cual se alejaría de la amabilidad del personaje y mostraría una versión más oscura, en la nueva apuesta que Netflix decidió arropar.
“No es un Pinocho para toda la familia… Pinocho durante el ascenso de Mussolini, haz los cálculos”, explicaba el cineasta mexicano a The Hollywood Reporter en una reciente entrevista, donde compartió que se ubicará en la Italia de la década de 1930, para narrar la historia de “un títere durante el ascenso del fascismo”.
Además, aprovechó para compararlo con Frankenstein, al señalar que es una criatura “que se crea por medios antinaturales de un padre del que él mismo se aleja. Pinocho tiene que aprender sobre el fracaso, el dolor y la soledad”.
Al calificar como “tenso” el actual clima político, detalló que será más sencillo para el público adentrarse a la historia con un “Érase una vez…”. Con complicaciones para encontrar un estudio y desarrollar la película, hasta que la compañía de streaming la acogió, compartió que también usará animación stop-motion, ya que sería “más expresivo” que los actores.
LEG