Foto: Cuartoscuro/ Archivo El cardenal indicó que estamos llamados a transmitir en todos nuestros ámbitos, familiar y laborar, el mensaje para reconocer nuestra fragilidad  

El cardenal Carlos Aguiar Retes afirmó que los momentos de dificultad que pasamos en el país, sobre todo los jóvenes, como violencia y homicidios, “son desafíos muy grandes y graves”.

 

En la homilía de este domingo, en la basílica de Guadalupe, el arzobispo primado de México refirió el destierro que sufrieron los israelitas con la dominación de Babilonia, y que los obligó a migrar hacia el norte, lo que se compara un poco con lo que se ha vivido en México.

 

“Nuestro pueblo de México tiene una experiencia semejante en todos los migrantes que han ido a buscar la forma de sobrevivencia digna en el país del norte. También Babilonia quedaba al norte de Israel”, resaltó.

 

Apuntó que a lo largo de la historia, esos migrantes ahora ocupan puestos importantes en la administración publica y en la iniciativa privada, y además, con las remesas que envían, fortalecen a sus comunidades: “Cuántos de ellos son los que sostienen a sus familiares y amigos con el envío de las remesas, ayudándoles para salir adlante”, precisó el prelado.

 

Aguiar Retes apuntó que lo anterior son acontecimientos históricos que vive el pueblo y que debemos de recoger, porque esto nos anima cuando estamos atravesando momentos de dificultad, violencia, y homicidio, algo muy grave, sobre todo en los adolescentes que pierden el sentido de la vida a corta edad.

 

“Son desafíos muy grandes y graves los que vivimos en nuestra patria, por eso venimos aquí, recordando otro acontecimiento histórico que nos ha dado identidad y nos ha vuelto siempre el cariño de Dios, de la ternura materna de María de Guadalupe”, señaló.

 

En este adviento, la figura del profeta Barut se amplía en dos elementos muy importantes, uno en la carta de San Pablo y otro en el mismo evangelio.

 

En otra parte de la homilía, el cardenal indicó que estamos llamados a transmitir en todos nuestros ámbitos, familiar y laborar, el mensaje para reconocer nuestra fragilidad y limitaciones ante cualquier situación adversa.

 

“Eso de recapacitar sobre nuestros pecados cuesta mucho, ante nosotros mismos, que debemos reconocer lo que no hemos sabido hacer, o que lo hemos hecho, pero mal, equivocándonos, porque al reconocer nuestra fragilidad basta la palabra de Dios, y su espíritu nos fortalece”, dijo.

 

Agregó que no es como unos piensan, que el reconocer sus fallas es denigrarse, sino que es abrir el espíritu a la necesidad de fortalecerlo con el espíritu de Dios.

 

Subrayó que es tiempo de advenimiento, de preparación para esperar la Navidad.

 

dpc