BUENOS AIRES.- El presidente de Argentina, Mauricio Macri, reconoció hoy que está golpeado por la derrota que su club, Boca Juniors, sufrió ayer por parte de River Plate en la final de la Copa Libertadores.
En un evento realizado este lunes en una escuela primaria, uno de los estudiantes le dijo al mandatario que quería ser futbolista como Darío Benedetto, el jugador xeneize que ayer anotó el único gol contra River en el Santiago Bernabéu en Madrid.
“La verdad es que (Benedetto) hizo un gol bárbaro, pero no nos alcanzó, estamos golpeados todos”, respondió Macri, quien se involucró personal y políticamente en la final más polémica de la historia de la Copa Libertadores.
Cuando Boca y River pasaron a la final, el presidente, quien comenzó su carrera pública como dirigente de Boca Juniors, insistió en que los partidos deberían realizarse con público visitante, a pesar de los riesgos de que hubiera enfrentamientos entre los hinchas.
Finalmente, su idea fue desechada porque la violencia es un sello del futbol argentino que quedó probado el pasado 24 de noviembre, cuando la final se tuvo que postergar y cambiar de sede luego de que el autobús de Boca fuera apedreado por hinchas de River.
La víspera, después de la final, Macri felicitó en las redes sociales a River “y a todos sus hinchas por el triunfo en este partido histórico. Los de Boca sabemos que el futbol siempre da revancha” y celebró que los hinchas de ambos clubes compartieran pacíficamente “este partido histórico”.
El comportamiento ejemplar de miles de argentinos que viajaron a Madrid, agregó, “demuestra que el problema de nuestro futbol no son los hinchas, sino un puñado de delincuentes que usan la violencia mafiosa para defender sus negocios”.
Finalmente, advirtió que “con un espectáculo emocionante que recordaremos por mucho tiempo, hoy comprobamos que el futbol es una fiesta que se puede vivir en paz”.
dpc