Foto: Reuters Al defender el pacto que busca proteger a quienes de desplazan de su lugar de origen por diversas causas  

Representantes de 164 gobiernos aprobaron ayer el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU, durante la cumbre internacional que termina hoy en la ciudad marroquí de Marrakech.

Al defender el pacto que busca proteger a quienes de desplazan de su lugar de origen por diversas causas, los asistentes a la cumbre lanzaron llamados para impulsar una cooperación multilateral para afrontar este fenómeno de dimensión global.

Para «los problemas globales hay que tener respuestas globales», dijo el presidente de la República de Panamá, Juan Carlos Varela, en su intervención durante la conferencia intergubernamental sobre la migración.

La canciller alemana, Angela Merkel, insistió en la necesidad de esa respuesta global ante un fenómeno que «trae prosperidad», al tiempo que criticó «las ansiedades y temores, más la información falsa que difunden quienes se oponen al pacto».

Merkel recordó que la Unión Europea (UE) «va a necesitar un mayor número de mano de obra cualificada de fuera de la Unión», en un claro mensaje a las numerosas voces (incluidos siete estados centroeuropeos) que se han opuesto al pacto.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, además de avalar el pacto internacional, anunció la próxima puesta en marcha de un Plan de Ciudadanía y un fondo estatal para la integración de los inmigrantes, tras subrayar la necesidad de que haya sociedades más cohesionadas e inclusivas.

A juicio de la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, el fenómeno migratorio debe regularse a través de un marco global de cooperación que permita al mismo tiempo luchar contra las mafias.

Calificó a los emigrantes de personas «valientes», emprendedoras», y sobre todo «seres humanos» que han dejado sus tierras y a sus familias por «razones poderosas».

Los intervinientes en la conferencia insistieron en el carácter «no jurídicamente vinculante» del pacto, compuesto de 23 objetivos generales y que fue consensuado por los miembros de la Asamblea General de la ONU en junio pasado tras 18 meses de negociaciones.

El pacto, que despertó las reticencias de varios países desde el primer momento de su elaboración, fue aprobado por aclamación entre aplausos.

Países sobre todo receptores de emigrantes, como Australia, Chile, Italia, Israel y un numeroso grupo de los centroeuropeos, además de latinoamericanos como la República Dominicana o Chile, se retiraron del pacto en las pasadas semanas o han pedido más tiempo para estudiarlo, mientras que Estados Unidos se opuso desde el principio a firmarlo.

Frente a esa postura, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, apuntó que el documento es un marco de cooperación que «reafirma el principio de la soberanía» de los Estados.

Guterres dijo que el Pacto proporciona una plataforma para «acciones humanas, sensatas y mutuamente beneficiosas» que se apoyan en dos «ideas simples».

“En primer lugar, esa migración siempre ha estado con nosotros, pero debe ser administrada y segura; segundo, que las políticas nacionales tienen muchas más probabilidades de tener éxito con la cooperación internacional «.

El jefe de la ONU dijo que en los últimos meses se habían pronunciado «muchas falsedades» sobre el acuerdo y «el problema general de la migración». Para disipar los «mitos», dijo que el Pacto no permitía a las Naciones Unidas imponer políticas migratorias a los Estados miembros, y que el pacto no era un tratado formal.

“Además, no es legalmente vinculante. Es un marco para la cooperación internacional, arraigado en un proceso intergubernamental de negociación de buena fe ”, dijo a los delegados en Marrakech.

El pacto no daría a los migrantes derechos para ir a ninguna parte, reafirmando solo los derechos humanos fundamentales, dijo.

Guterres también cuestionó el mito de que los países desarrollados ya no necesitan mano de obra migrante, diciendo que estaba claro que «la mayoría necesita migrantes en un amplio espectro de roles vitales».

Y confió en que los Estados que decidieron no participar en la conferencia o adoptar el Pacto reconsideren y se unan después.

Xavier Rodríguez

LEG