A dos semanas del arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya asoman tres potenciales acciones criminales.
Es criminal derribar la reforma educativa, que dejará sin educación de calidad a millones de mexicanos.
Es criminal reducir el presupuesto para el IMSS –en cuatro mil millones de pesos-, lo que hará aún más deficiente la salud de los que menos tienen.
Y resulta criminal tirar el NAIM, que cancela casi medio millón de plazas de trabajo de buena calidad y que, con el tiempo, se convertirá en un Fobaproa peor al de Salinas y Zedillo.
Por eso las preguntas: ¿dónde están, frente a esas acciones criminales, los críticos que por mucho menos que eso apalearon a los entonces presidentes Fox, Calderón y Peña?
¿Por qué es un crimen tirar la reforma educativa, junto con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE)?
Porque sin educación de calidad, el nuevo Gobierno condena a millones de niños a la precariedad, a la incultura, el analfabetismo funcional y, sobre todo, cancela un potencial futuro de ascenso social para esos millones de mexicanos.
Es un crimen tirar la reforma educativa porque el futuro de esos millones de niños sin educación de calidad no le importa a nadie, y menos al nuevo Gobierno federal; es criminal que, a cambio de cancelar el futuro de esos millones de niños, se paga una deuda política a la mafiosa CNTE y a la señora Gordillo.
Es un crimen porque lo que proponen en sustitución de la reforma educativa no es más que el regreso de lo peor del magisterio y la caída de la calidad de la educación; proponen el fracaso de México en los próximos 50 años.
Durante su campaña, el presidente López Obrador gritó por todo el país que los servicios médicos son deficientes y precarios. Sin embargo, en las primeras semanas al frente del Ejecutivo, decidió reducir el presupuesto del IMSS en cuatro mil millones de pesos, lo que redundará la caída de la calidad de la salud.
¿La deficiente atención médica del IMSS será aún peor?
Como saben, el IMSS es la mayor institución de salud pública en México; en el IMSS nacieron más de 80% de los mexicanos en activo; el IMSS es el único recurso de salud para más de la mitad de la población del país y, con la cancelación presupuestal, se condena a medio país a la precariedad sanitaria.
Pero el crimen es mayor si tomamos en cuenta que para crear empleos en Centroamérica –y con ello evitar la migración a Estados Unidos-, el Gobierno de AMLO destinará 600 mil millones de pesos, mientras sacrifica la salud de los mexicanos.
Dicho de otro modo, el Gobierno mexicano lleva dinero para empleos en Centroamérica y castiga la salud para los mexicanos que pagan impuestos. Un crimen doble.
Y si fue un crimen la cancelación del NAIM, es un crimen mayor que ahora el gobierno de Obrador pretenda cancelar el aeropuerto con el dinero de los usuarios del transporte aéreo. Como saben, el NAIM se financiaría con el TUA –impuesto a los vuelos-, pero hoy se pagará un mayor porcentaje del TUA, aunque para rescatar un aeropuerto inexistente. ¿Hasta cuándo?
Al tiempo.