No hay tiempo que no llegue, ni plazo que no se cumpla. El presupuesto 2019 deberá entregarse a más tardar al Congreso este sábado 15 de diciembre.
Por un lado, las variables macroeconómicas serán muy importantes, porque representan el motor de activación de los ingresos y el gasto público para el próximo año.
El PIB normalmente es bajo en el primer año de Gobierno de la administración entrante por su adaptación en las nuevas funciones, extienden los tiempos de ejecución del gasto y, ahora, habrá un nuevo equipo en la administración.
Consideramos que habrá riesgos por factores externos de una desaceleración de la economía mundial y de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. En la parte interna, vemos que el inversionista de largo plazo y de mercados financieros quiere ver y conocer, en mayor medida, las políticas económicas y fiscales que llevará a cabo este Gobierno.
Se estima que la economía podría crecer alrededor de 2.0% anual, aunque algunos indicadores de mercados y un análisis más personal nos reflejan un riesgo de menor crecimiento para 2019.
La inflación que normalmente buscan el Banxico y el Gobierno federal se ubica siempre en el objetivo de 3 +/- 1, lo cual pudiera situarse desde nuestro punto de vista por arriba de 5.0% anual, ante el riesgo y volatilidad que ha venido experimentando el tipo de cambio, que genera riesgos de transferencia de precios (precios al productor en 6.51% vs. 4.72% al consumidor). Además, los ciclos en la producción y venta de productos agropecuarios influyen.
Respecto al tipo de cambio, vemos un claro riesgo si llega a superar niveles de $20.62 (mercado interbancario), ya que habría un deterioro gradual, pero de tiempo de nuestra divisa. En las últimas semanas, hemos visto un rango de $20.65 a $19.95. Dejarlo como referencia en $20.00, por ejemplo, sería un sinónimo de “volatilidad garantizada” porque el Gobierno podría apalancarse del peso mexicano en materia de intercambio comercial, aunque con riesgos y apuestas muy difíciles. También el tema de confianza se vuelve relevante.
Las tasas de interés muy probablemente seguirán altas y sensibles. Además de factores de riesgos globales, si el Gobierno decide mantener la disciplina fiscal, la inflación pudiera ser compañera del crecimiento económico, ya que buscarían que la deuda pública se mantuviera controlada.
Consideramos que la tasa de referencia aún tendrá algunas presiones de alza. En esta próxima reunión, las probabilidades de alza superan 90% para que el Banxico la ubique en 8.25% anual, pero aún pudieran subir durante 2019.
En la parte de la estimación del precio de crudo, afortunadamente el Gobierno anterior estuvo trabajando durante el primer semestre del año, para la definición de la cobertura petrolera con precios cuyo promedio móvil de 100 observaciones se ubicaba muy próximo a los 60 dólares. Actualmente el costo de la mezcla mexicana se ubica más cerca de los 50 dólares / barril. Por ello, se estima que el precio oscile en este rango de 50 a 60 dólares, por arriba del nivel de cobertura de 2018.
Pemex será crítico para la confianza y seguimiento de las calificadoras crediticias y el mercado. Su abultada deuda tiene que disminuir. Vienen vencimientos de deuda del orden de cinco mil millones de dólares en este 2019.
El superávit primario es relevante para ir poco a poco mejorando la condición de la deuda. El superávit de 1.0% ya comentado por el secretario de Hacienda, Urzúa, alcanza para pagar poco más de 30% de los intereses que el Gobierno tiene que pagar. Es muy bueno, pero aún insuficiente.