Foto: Rodolfo Angulo El cambio climático es terrible y va a ser gravísimo por sus impactos globales, pero todavía más inmediato, y más grave, es la extinción de especies, en el que México tiene un reto importante:Gerardo Ceballos  

La gran crisis ambiental por la que estamos pasando a escala mundial es la extinción de especies. “El cambio climático es terrible y va a ser gravísimo por sus impactos globales, pero todavía más inmediato, y más grave, es la extinción de especies, en el que México tiene un reto importante”, aseguró Gerardo Ceballos.

Para el investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México es un país que, a pesar de tantos conflictos que enfrenta en materia económica, política y social, ha sido líder a escala internacional en la cuestión de la conservación de la diversidad biológica.

Ceballos, en una entrevista con 24 HORAS, y en el marco de la presentación del libro Aves de México: diversidad y conservación (tomo XII de una colección de temas ambientales que inició en 2007), y de cuya obra es autor junto con cuatro investigadores más, destacó que existe el gran reto por frenar en los próximos 15 ó 20 años la extinción de las especies en el ámbito internacional, de lo contrario el daño será irreversible.

¿Qué presentas en tu nueva obra?

-Esta obra, como todas las de esta serie de la editorial sobre el medio ambiente, con el apoyo de Telmex, presenta la diversidad de las aves de México. Está escrito de una manera amena y con más de 190 fotografías extraordinarias sobre este grupo de animales. Recordarte que México es uno de los países más diversos del mundo, cuarto a escala mundial con mayor diversidad, y dentro de esto las aves son el grupo de vertebrados; es decir, de mamíferos, reptiles, anfibios, que tiene más riqueza de especies en el país. Hay más de mil 100 especies de aves en el país.

Un libro sobre la naturaleza es sumamente importante e interesante, porque hacemos énfasis en la importancia de la conservación de las aves, en lo particular y en el mundo en general; la conservación biológica es fundamental para el bienestar humano. Ponemos muchos ejemplos de los beneficios que obtenemos de la naturaleza, como la polinización de las plantas, la extracción de semillas; simplemente la belleza escénica, que tu puedas ir a una región y ver guacamayas, quetzales, pelícanos, esa es una parte del bienestar que obtenemos del funcionamiento de la naturaleza.

¿Haces un llamado en tu obra para la conservación del hábitat de las aves…?

Básicamente, en toda esta colección llevamos 12 tomos; lo que hacemos es hablar primero de qué especies tenemos en el país y cuáles son sus hábitats y cómo se encuentran. Cuántas aves tenemos en este caso. Cómo están, para qué sirven y cómo está su estado de conservación, por qué están así, y de las especies que están en peligro de extinción, por qué están amenazadas, cuáles son los factores. Y mencionamos problemas como la deforestación, la pérdida de la cubierta vegetal.

En México nos queda alrededor de 50% de la vegetación natural que había a la llegada de los españoles. La mayor parte de ésta se ha perdido en los últimos 60 u 80 años. Afortunadamente, las tasas de deforestación actuales son bajas, y esto ojalá se pueda mantener en este sexenio.

¿Existen riesgos; qué hacer?

Mencionamos la cacería, los pesticidas, la deforestación; es decir, todos los conflictos que están afectando a las aves; pero en la visión que yo tengo de hacer libros sobre la naturaleza y la conservación es importante que también demos muchos casos de éxito. Por ejemplo, el cóndor de California que se extinguió en la región y se ha logrado reintroducir, en México hay una población pequeña de 20 a 30 animales en Baja California, en San Pedro Mártir. También hablamos de que ha regresado de manera natural el cisne trompetero (en las costas del Pacífico); ya se tienen registros. Se había extinguido en México, sobraban algunos en Canadá y Estados Unidos, y ahora están aquí.

Hay estudios importantes sobre la reintroducción de las guacamayas rojas, algunas en Palenque (Chiapas) y en Los Tuxtlas, Veracruz. Hablamos de esto hace algunos años, de águilas reales, ahora hay parejas ya localizadas, seguramente hay una población más grande.

Otro de los ejemplos que es un avance enorme es el de los flamencos que llegó a haber menos de cuatro mil y ahora hay entre 30 mil y 40 mil dependiendo del año; es decir, en los últimos 20 años, a pesar de los enormes conflictos de impunidad, delincuencia y corrupción, se ha logrado mantener una política de conservación positiva cada año. Y en este sentido, las especies que todavía están en peligro de extinción, son por lo menos 15% de las especies que se conocen en México. El águila arpía, algunos chorlitos, las guacamayas rojas, todos estos están en peligro de extinción y esos son los retos para conservarlas. Tenemos también el rescate del jaguar, que se encuentra en peligro de extinción, y hoy existen alrededor de 3 mil 800 ejemplares en cinco regiones del país.

¿Hay un mensaje de urgencia…?

-El libro es una mezcla del mensaje en el tema de conservación, de urgencia, porque no tenemos más de 15-20 años para frenar este conflicto mundial, y en particular en México. Pero también existe un mensaje de esperanza de que si seguimos y continuamos por este camino, es bastante probable que logremos salvar la mayor parte de las especies en peligro de extinción.

¿Es necesario crear más santuarios?

-La política de conservación en México básicamente se basa en la creación de áreas naturales protegidas, y este sistema se ha ido consolidando; falta mucho por hacer, pero las reservas tienen algo de infraestructura. En el sexenio de Enrique Peña Nieto se creó la Gendarmería Ambiental, que es un conjunto especializado de policías ambientales, que ha sido muy eficiente en la reserva de la mariposa Monarca y en Calakmul, entre otros. Las áreas naturales protegidas son uno de los ejes de conservación, se tienen que seguir haciendo más áreas protegidas en el país, es una necesidad que no puede pararse.

Por otro lado, se trabaja también con la norma mexicana de especies en peligro de extinción. En este sentido es importantísimo que en este Gobierno que empieza se dé prioridad a obras de infraestructura que cumplan con la normatividad ambiental que ha sido tan importante para proteger estas áreas.

Además, tenemos las UMA, que son las unidades de manejo y aprovechamiento de vida silvestre, y son un mecanismo para explotar de manera sustentable y racional las aves y toda la fauna y flora que tiene importancia económica. Hablamos de lugares donde puede haber cacería, puede haber captura de animales para venta en ornato; donde se puede hacer observación de aves. Las UMA son mecanismos para que las aves, la flora y fauna silvestre puedan generar recursos económicos para los dueños de la tierra.

Asimismo, en los últimos años, México ha tenido una política muy importante que se llama el pago de servicios ambientales de la Comisión Nacional Forestal. Lo que se hace es pagar recursos, de los impuestos de todos los mexicanos, para tratar de privilegiar las áreas donde todavía hay bosques, selvas, áreas naturales; que los dueños tengan un beneficio económico.

Estos ejes son los que han ayudado a proteger a las especies y su hábitat, y es lo que se tiene que seguir fortaleciendo. Mucho de lo que queda de área con vegetación natural tiene dueño. La mayoría son ejidos, comunidades con pequeños propietarios; en este sentido, es importante considerar que la conservación requiere modelos de desarrollo que tomen en cuenta esto.

¿Las aves desde la época prehispánica formaron parte muy importante en las culturas?

-Las aves no solamente en épocas prehispánicas han sido extraordinarias, no solamente en México sino en el mundo. Esto tiene que ver con varias razones, primero que son diurnas, es decir, se pueden ver en el día y su plumaje es muy vistoso a diferencia de los mamíferos, lo que es muy importante en la selección sexual. El quetzal fue muy importante, el águila y las guacamayas fueron importantísimas en el trueque, en el comercio que existía en esa época. Pero actualmente, las aves también son importantes porque por ejemplo, si se acaban los colibríes perderíamos muchas de las plantas necesarias para mantener el equilibrio ambiental. La dispersión de semillas; si perdiéramos aves que dispersan las semillas nos quedamos sin bosques y sin selvas. La observación de aves se ha vuelto uno de los temas de turismo ambiental más fuertes en todo el planeta. Y en México, que cuenta con más de 100 especies de aves endémicas tan hermosas, sofisticadas, son muchos turistas que llegan a observar aves.

Tus obras han pasado por tres sexenios, ¿se refuerza el mensaje ambiental?

-Afortunadamente, desde hace 20 años, el país ha ido avanzando de manera positiva en el tema de diversidad biológica. Espero que este Gobierno que empieza tenga la sensibilidad que han tenido los anteriores, e inclusive se pueda mejorar.

Es extremadamente importante incluir que hace 12 años, cuando iniciamos esta colección, el planeta se encontraba en muchísimo mejor situación que ahora. Es increíble que en solamente 12 años el deterioro sobre el planeta –en cuestiones de cambio climático, de extinción de especies– ha sido enorme. Los libros han sido testigos y ha quedado plasmado en éstos el avance.

Lo que no hagamos en los próximos 15 años ya no se va a hacer. La gran crisis ambiental por la que estamos pasando es la extinción de especies. Entre la extinción de especies y el cambio climático, la humanidad enfrenta el conflicto más fundamental en toda su historia. Sólo es comparable a la posibilidad de un holocausto nuclear globalizado. Fuera de eso, la humanidad nunca había enfrentado un problema de tal gravedad, y en ese sentido, el aporte de los libros es tratar de concientizar de una manera en la que se mantiene el optimismo en el sentido de que los avances tienen que ubicarse.

México tiene conflictos muy graves y complejos, pero hay que reconocer que hay avances en la conservación. No podemos decir lo mismo en muchos países del planeta.

¿Nuevamente te apoyaron Telmex y la Fundación Carlos Slim?

-Este libro básicamente es un ambicioso proyecto editorial, positivo, muy loable, que han hecho Teléfonos de México y la Fundación Carlos Slim para mantenerlo. También hay que destacar el apoyo de Héctor Slim (director general de Telmex), quien desde hace más de 12 años ha confiado en nuestro trabajo.

¿Vas a continuar con esta serie?

-Sí, tengo mucho interés en que sigamos trabajando. Evidentemente Teléfonos de México también tiene que ver y esperemos que podamos consolidar un tomo más de esta gran colección que no tiene precio en México.

LEG