En 2000, pregunté a Vicente Fox qué haría con el Cisen cuando tomara posesión.
-Nada. Lo voy a desaparecer –me contestó sin muchos segundos de reflexión.
-¿Por qué?
-Porque sólo sirve para perseguir a los adversarios, no para actuar contra la delincuencia.
Como gobernador y candidato siempre se sintió acosado, me explicó, porque le grabaron y se difundieron diálogos telefónicos con su entonces jefa de prensa y luego esposa, Marta Sahagún.
Fox no desapareció el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, pero lo desmanteló mediante el despido de personal de carrera, investigadores incluidos.
Al frente colocó a su gobernador sustituto en Guanajuato, Ramón Martín Huerta, con funciones diferentes al pulso de la inseguridad en el país.
En consecuencia, la prevención se relajó y se desarrollaron cárteles por todo el país sin mayores advertencias para el Gobierno.
Pero si Fox subestimó la inteligencia, en los sexenios siguientes no hubo mayores avances, y resultado de ello es la crisis de seguridad existente.
ARCHIVO DE CRIMINALES
Los nuevos funcionarios de seguridad están impactados.
Les sorprende la tecnología encontrada para supuestamente asegurar la integridad de las personas y de sus familias.
-Es la función básica del Estado –dicen.
Pero a juicio suyo no se aprovechó siquiera en mínima parte, y por ello han crecido la delincuencia organizada, los secuestros, el robo de combustibles (huachicoleo) y otros delitos de alto impacto.
Ya recorrieron esas instalaciones y revisaron los equipos disponibles los principales involucrados: los secretarios Luis Crescencio Sandoval (Defensa), José Rafael Ojeda (Marina) y Alfonso Durazo (Seguridad).
Ellos y otros, como el general Audomaro Martínez, quien se hará cargo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), sucedáneo del Cisen.
Tienen mucha tarea porque sus colaboradores no saben responder una pregunta para medir si ya hay algún impacto en la estrategia:
-¿Cuántos muertos van en el naciente sexenio?
Pero sí hablan de lo subrayado ayer por su jefe Andrés Manuel López Obrador: coordinación y orden con un archivo al alcance de todos.
Se dará con el cruce de todos los datos –expedientes hemáticos, criminales, migratorios, etcétera- del mapa delincuencial de México.
Por fin un archivo nacional de criminales.
Ojalá no tarden.
CON UN DOCTOR AL LADO
1. Si usted ve a un hombre joven permanentemente al lado o atrás de Andrés Manuel López Obrador, puede llamarlo por su nombre.
Es el doctor Alejandro Calderón Alipi, quien está pendiente de su salud, y sobre todo en enfermedades de su especialidad, ortopedia y traumatología.
2. Eran previsibles los señalamientos contra uno y mil políticos mexicanos en el juicio a Joaquín el Chapo Guzmán en Nueva York.
Pero fuera de juicio, los disparos a ciegas a esa ruleta de nombres le cayó al ex procurador Ignacio Morales Lechuga a través de versiones periodísticas.
Un tal Hamilton lo acusa de haber recibido grandes cantidades de dinero en dólares, como antes fueron señalados los ex presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña.
Nadie ha anunciado su intención de proceder en contra de quienes los involucran, pero Morales Lechuga ha pedido respaldo a la Procuraduría General de la República (PGR) “para demandar al supuesto comunicador por daño moral”.
No pasará nada, pues.