Es casi asunto de suerte.
México podría asomarse al juicio a Joaquín el Chapo Guzmán en la Corte Federal de Nueva York si los propósitos se cumplen.
¿Cuál es el origen?
Va la historia:
Conforme se acercaba el proceso y la fiscalía integraba su batería de testigos, distintas autoridades se asomaron a la investigación y a los expedientes.
Por ello el Departamento del Tesoro de Estados Unidos encontró en una computadora un proyecto de escritura no protocolizada.
El archivo era de Jorge Cifuentes, un delincuente bajo protección de la justicia de ese país y por ende sin riesgo de enfrentar la justicia.
El proyecto de escritura sería firmado por el propio Cifuentes y el ex procurador general de la República y notario público Ignacio Morales Lechuga.
Con base en ello, la fiscalía y los abogados de Guzmán Loera preguntaron a Cifuentes si tenía alguna relación con Morales Lechuga.
En la sala se encontraba un periodista de apellido Hamilton, cuya reacción inmediata fue tuitear el hecho, y de esa manera involucrar al político mexicano.
NI SALINAS, NI CALDERÓN NI PEÑA
De ahí partió el reporte a un periódico mexicano.
La información, dada por válida, causó furor en México entre la clase política como antes sucedió con otros ex Presidentes.
¿Quiénes?
Tres: Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña, los tres citados en diferentes ocasiones por supuestos nexos con el capo de Sinaloa y por supuestas corrupciones.
Ninguno de ellos protestó ni ha iniciado acciones en contra de quienes los han involucrado o hasta el mismo Joaquín el Chapo Guzmán.
Ignacio Morales Lechuga no vio de manera pasiva la información y, abogado al fin, de inmediato contrató a un defensor: Marco Tulio Ruiz.
Ayer presentó un escrito ante la Procuraduría General de la República (PGR) y, me asegura Ruiz, con muchas posibilidades de éxito.
Lo primero será conseguir, con negociaciones de justicia a justicia, de Gobierno a Gobierno, una copia certificada del expediente.
Tal vez no se vayan contra Jorge Cifuentes porque, como testigo protegido, goza de inmunidad y no puede ser perseguido ni en su persona ni en sus bienes.
Pero con base en esas copias certificadas, sí será posible ir contra Hamilton y quienes se hicieron ecos de un tuit sin fundamento porque, subraya Marco Tulio Ruiz, nunca pasó esa supuesta escritura.
En consecuencia, concluye, no hay pruebas contra Morales Lechuga.
LA APLANADORA Y LA OPOSICIÓN
Hace nueve años, Pablo Gómez se quejaba del voto parlamentario en contra de varios partidos.
-¡Es la dictadura de la mayoría! –la llamó.
Qué tiempos aquellos.
Acción Nacional y los partidos Revolucionario Institucional y Verde se bastaban para aprobar leyes y presupuestos a despecho del partido de Gómez y Andrés Manuel López Obrador.
Hoy, destino nacional, esa mayoría está del lado de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y la dictadura está de su lado.
Mientras, aquella mayoría hoy discute y negocia cómo armar un frente común para frenar votaciones inevitables y el pulso definitivo sin duda será el presupuesto para 2019.
En esas condiciones, la Ley de Ingresos es apenas un ensayo.