La oposición en el Senado se apuntó una victoria, chiquita pero victoria.

Las protestas del PRI, el PAN y el PRD sirvieron para que la Comisión de Justicia de la Cámara alta repusiera el procedimiento para declarar la idoneidad o no de la terna enviada por el Ejecutivo para seleccionar al próximo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Sucede que la Comisión de Justicia, que debía aprobar la terna, no reunió el quorum necesario para elaborar el dictamen; de 15 integrantes, sólo había seis la noche en que supuestamente se votó el tema.

Perooo, la mañana siguiente, sospechosamente el dictamen apareció con ocho firmas, las necesarias para darle validez al documento.
Las firmas fueron agregadas, ya que los dos senadores responsables no acudieron a la sesión.

Así que la oposición cuestionó el proceso, al que Morena le dio albazo desde la semana pasada cuando corrió, literalmente, de la Comisión de Justicia al perredista Juan Zepeda para integrar a una senadora morenista.

De esta manera, la bancada de Morena se hizo del voto que faltaba para tener la mayoría en la Comisión, los ocho votos con los que pretendió madrugar a la oposición.

Ante lo evidentemente burdo de la maniobra, se ordenó la reposición del procedimiento ayer mismo, y hoy la terna será llevada al pleno para elegir de entre Loretta Ortiz, Celia Maya García y Juan Luis González Alcántara Carrancá al nuevo ministro de la Corte.

Y mientras la oposición cuestionaba el procedimiento, en la bancada de Morena que encabeza Ricardo Monreal ya hasta tienen a su favorito.
Se trata de Alcántara Carrancá, que en una votación de la fracción obtuvo 38 de 51 votos posibles; Loretta Ortiz tuvo 13 votos.

Lo que no deja de ser preocupante es que Morena, que enarbola la bandera de la transparencia y la corrección política, no haya atendido los antecedentes de Alcántara que fue acusado de “ayudar’’ a su amigo, el ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel, a reducir la pensión que el segundo debía dar a sus dos hijos con autismo.

El caso viene desde 2013, cuando la ex pareja de Góngora, Ana María Orozco Castillo, fue encarcelada luego de demandar a Góngora el pago de una pensión alimenticia.

El ex ministro la acusó de fraude por haber puesto a su nombre y no a nombre de sus hijos –autistas los dos- una propiedad que compró con el dinero que le daba para su manutención.

Un juez determinó que Góngora debía pagar 35% de todos sus ingresos como pensión, pero el ministro impugnó el fallo y ofreció 12 mil pesos mensuales como pensión, aduciendo que como sus hijos vivían en un habiente de clase media-baja, con eso les alcanzaba.

Su amigo, el ahora candidato a ministro, aceptó ese argumento y ordenó que la pensión no fuera de 12 mil, sino de 50 mil pesos, y ordenó además que se hiciera un estudio psicológico a los niños para determinar si, como argumentaba Góngora, habían sufrido maltrato infantil.
Ahora está en la antesala de ser ministro de la Corte.

¿Cómo ve?
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También en el Senado tienen su “Dolores Padierna’’.

Ayer, durante la entrega de la Medalla Belisario Domínguez al periodista Carlos Payán, la senadora Sasil de León hizo una apología de la 4T y se desvivió en elogios para Andrés Manuel López Obrador, pero se olvidó de exaltar la trayectoria del galardonado.

Tanta zalamería incomodó al propio López Obrador y generó un debate posterior a la ceremonia en la que la oposición le recordó que hablaba en nombre del Senado y de su bancada o el propio.

La verdad quién sabe si haya entendido.