Sensé, la novela de Federico, Reyes Heroles, causa conmoción. Creí que iría a hablar de los vaivenes de lo que pasa con la administración actual (dimes y diretes; verdades y mentiras a medias; administración –la mayor parte– de “niños de secundaria”, etcétera), y resulta que su reciente obra propone un interesante viaje por la sensualidad. O sea, su historia destaca a personajes femeninos y explora el deseo de enamorarse.

Para mí, sus trabajos sorprenden por su registro de voces que abarca su narrativa, la especulación del ensayo y el trazado biográfico. He leído alrededor de quince de sus títulos que han corroborado sus impactantes cualidades de novelista (Ante los ojos de Desirée –por cierto, Javier Lozano reanudó su noviazgo con DN–); El abismo…), su gran interés por el ensayo filosófico político (Memorial del Mañana, Alterados, Conocer y decidir…) y, además, los refrendos de la memoria (el padre y el político –no AMLO—y Orfandad).

Todo su trabajo se consolida como articulista en varios diarios mexicanos y del extranjero). Pero él, Jesús Silva—Herzog Márquez, Carmen Aristégui, Adela Micha, Enrique Krauze, Denise Dresser, Leo Zuckerman, Javier Tello, Federico Arreola, Denise Maerker, Javier Solórzano. José Cárdenas, Lydia Cacho, Yuriria Sierra, Roy Campos, Jorge Castañeda, John M. Akerman, Eduardo Ruiz Healy, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo, Pedro Ferriz, Jorge Fernández, Macario Schettino, Ricardo Raphael, entre otros, deberían entrevistar a fondo –como las charlas mañaneras de AMLO– al presidente de México para que contesté de frente todo lo relacionando al NAIM, los salarios, promesas de aumento de apoyo a los adultos mayores; su animadversión contra los ricos o fifís; y un largo etcétera, que tienen sumido a México “entre la incertidumbre, la duda y la parálisis de un hermoso país que conformamos todos”.

El boato de la monarquía

La reina Rania de Jordania replica cuando le preguntan por el boato de la monarquía (“esto no tiene nada que ver con coronas, castillos, carrozas”). Para ella, lo principal es servir al pueblo de Jordania. Cuando la vi presentarse en el Palacio de Buckingham con cuatro zarcillos por oreja en el cumpleaños del ¿futuro rey de Gran Bretaña?, Carlos de Inglaterra, o luciendo un costoso modelo de Valentino en una gala del Met de Nueva York, la esposa de Abdalá II confirmo sus aspiraciones a continuar de ser el referente favorito de diseñadores de moda a los 48 años. Pero cuando condena al Estado Islámico (“mi Islam no es ese”, apunta) en un discurso en Abu Dabi o sabe promover proyectos para la educación de jóvenes, su mensaje cala hondo entre las mujeres del mundo musulmán (no todas).

Notas al por mayor

Estoy de acuerdo con Alejandro Toledo en que la obra cinematográfica de Hitchcock trasciende al lugar común en el que se ubica como “el mago del suspenso!”. Una etiqueta estrecha para la complejidad de sus filmes. En ellos, sonde la violencia latente, la percepción del inminente peligro, miedo, abismos que cuestionan/reflejan a sus diversos personajes “a través de un filtro oscuro”, con un componente sexual extraño. Y otro punto: su maestría del relato y del lenguaje del cine que hoy recobra su espectacularidad en las pantallas grandes, debido al ciclo y la exposición de su propio sello en la Cineteca Nacional. No se lo pierdan. Siempre, un hombre en suspenso…

En otros comentarios, el éxito de la película de Alfonso Cuarón, Roma, ya divide a sus críticos controvertidos (no le importa que haya tenido estrenos reducidos, pero triunfos en naciones de medio planeta, y obtendrá –sin importar a los “cinéfilos”– Globos de Oro, y puede ser que hasta uno o dos Oscares. Por ende, su éxito impulsó a Netflix y a los exhibidores “a negociar”. Por otro lado, hubo cena de gala de la residencia del célebre basquetbolista Sandy Sandoval y Paty Guzmán con la asistencia de Manrique Larios, Erika Morán, Marisol Moreno, Lilia Rodríguez, la diseñadora y fotógrafa Carmen Parra, ECP, y otros.

Hablando de otras cosas, un nutrido grupo de mujeres cristianas ofreció un homenaje al pastor Mario de los Ríos, mientras que Lourdes nos invitada –horas después– a que degustáramos su menú del restaurante Tartare de Emilio Castelar. Probé caracoles, tartare de res, risotto al funghi y otros platillos internacionales. Está ubicado donde estaba antes el Comensal y La Loggia, y actualmente es el sitio de moda de la gente que sabe comer bien. Un 9.5 para Lourdes Ascencio. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!