Carolina Arellano y Arturo Hernández no saben qué comprarle de regarlo a su amigo Rafael Ponce Vilches, si una corbata Hugo Boss o una Salvatore Farragamo. El nerviosismo se los empieza a comer y, finalmente, se decidieron por un paquete de una camisa azul y un suéter gris Lacoste.
“¡Se nos vino el tiempo encima. Llegamos ayer de Aguascalientes y a última hora nos acordamos del regalo de Petete!. Así le decimos desde que lo conocemos, cuando íbamos a la Secundaria Número 2 en el Centro” en esta ciudad, comentaron.
Siempre hemos estados en contacto. Casi es mi hermano. Nos hablamos seguido por teléfono o Whattsapp, dijo Arturo.
Carolina lamentó que los centros comerciales estén “hasta el gorro”, pero no tuvieron alternativa y se dirigieron a Perisur, porque hay muchas tiendas dónde ver y escoger, aunque las señoritas que atienden a los clientes “no tienen manos que les alcancen”.
Todos corren, quieren llevarle algo a su familia, algunos buscan precios más o menos accesibles o artículos que les duren algún tiempo, afirmó la maestra de diseño gráfico. Pero vale la pena este viacrucis. Es nuestro gran amigo de toda el alma, añadió.
En Plaza Galerías las tiendas están a su máxima capacidad. La gente camina de prisa de un lado a otro, a la vez que el mal humor se apodera de ellos.
Miguel Ángel Herrera Juárez, arquitecto egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), grita: “¡Basta!” llévale lo primero que encuentres, le dice a su esposa. Te dije que viniéramos la semana pasada cuando estaba todo más tranquilo y estaban las ofertas, acotó.
“Será para reyes cuando le compremos a Adrián el X-Box, pues hemos juntado dinero para regalárselo, pues va bien en la escuela y se lo merece”, remarcó.
La mujer movió la cabeza en desaprobación, pues le parece que es mucho dinero para un juego electrónico, y para ella es mejor comprarle ropa y zapatos, unos tenis. “Les va a sacar más provecho”. Pero el señor Herrera Juárez no está de acuerdo.
¡Vamos, apúrale!, todavía nos falta comprar los demás regalos para la familia y se hace cada vez más tarde. Debemos pasar por el pavo y el pastel todavía. “Apúrale mujer, llévales un perfume a tu hermana América y una pijama a tu otra hermana Xóchitl”. Ahorita lo más rápido, le sugirió, son los paquetes de perfumes o maquillaje, y ropa.
Ramón García Osorio, jubilado del Banco de México (Banxico), fue con su hermano Francisco Javier a comprar los regalos de sus hijos y sobrinos. Sin embargo, aseguró que tienen una colección de Play Station y no saben qué comprarles. “Son unos fanáticos de estas cosas. Estamos en la era electrónica y traen el chip integrado al cerebro”.
“Ellos ya no saben de jugar en la calle futbol, americano o basquetbol. Ellos en las tabletas y en sus juegos. Son buenísimos”, afirmó.
Claudia Hoffman y su hermana María Elena tampoco saben qué comprarle a su papá y su mamá, que ya son personas mayores. “Lo mejor es una pijama ya ves que se vienen fuertes los fríos y es mejor que estén tapados con algo calientito”.
Aunque consideró que están un poco caras, Claudia no reparó en el gasto, porque hay que darles algo en estas fechas. Además, agregó, nos falta comprar el regalo de Raulito y el de su novia, pues van a ir a cenar a la casa. “A ella le compramos el perfume de Dolce Vita y a él unos pants, ya vez que le gustan mucho, pues los utiliza cuando se va a nadar a la UNAM”.
En cambio, hay otras personas como el señor Gabriel Camarillo, que prefieren ir a lugares más baratos. En mi caso, dijo, vengo de comprarles a mis hijos aquí en el tianguis de Miramontes y Calzada del Hueso unos tenis Nike y a otro unos Puma. A mi nieta consentida, Alicia, una chamarra y unos CD de la música que le gusta. “Cómo me costó trabajo, es muy difícil satisfacerla”.
A nadie le recomiendo comprar de última hora. Pero los mexicanos dejamos todo para el último minuto. Todo más caro y compramos lo que hay, no entendemos, reconoció.
Además, afirmó que lo que ha visto es que los juguetes electrónicos son los que más compran los padres de familia, así como los discos. “Están clavados los chavos en eso”.
Para la señora Elvia la elección es más sencilla: a mis hijas les gusta la plastilina Play Doh. A la mayor le compraré plastilina y un saco, a la pequeña unos patines y una muñeca. Lo que está de moda ahora, advirtió, son los patines en forma de tenis. Mis sobrinos pidieron sudaderas de Mercado Libre, mi papá pantalones y mamá ropa de dormir.
En mi caso, dice, los compré con tiempo, para evitar las aglomeraciones en los centros comerciales y estar más tranquila.
En tanto, Francisco González y su esposa caminan por una tienda de marca para ver si todavía hay una bicicleta para su hijo, y por fortuna la encontraron. “Es hora de que aprenda a andar en una de ellas y deje ya el triciclo”.
A mi hija la menor, Lil, le vamos a comprar una Barbie y unos juguetes educativos, pues aún está muy pequeña para otro tipo de cosas.
Juan González y su esposa Yuma prefieren regalarle ropa a sus tres hijos y dejarán que los Reyes Magos les traigan los juguetes.
jhs