Organizada bajo medidas de seguridad extremas por el atentado sufrido durante la campaña electoral, la toma de posesión del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, prevista para el 1 de enero, contará con misiles antiaéreos dirigidos por láser y controles en el centro de Brasilia.
Los misiles, que son capaces de derribar un avión a siete kilómetros de distancia, así como radares militares para detectar aeronaves volando a baja altitud, serán desplegados en la Explanada de los Ministerios, en el corazón de Brasilia.
Se trata de la primera vez que se usan estos dispositivos para la pose presidencial, la de mayores medidas de seguridad de la historia, según las Fuerzas Armadas del país, como consecuencia del atentado sufrido por Bolsonaro en septiembre.
Más de tres mil 200 policías y bomberos, así como militares, participarán de las tareas de control de acceso a la Explanada, epicentro de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo de la mayor economía de América Latina.
En los últimos días se hicieron varios ensayos del desfile de Bolsonaro en el auto descapotable por Brasilia, que todavía no está confirmado por el riesgo de atentado, según las autoridades.
Entre 250 mil y 500 mil personas participarán en la ceremonia de toma de posesión del cargo, mientras se instalarán cuatro puntos de control en la Explanada.
Bolsonaro sufrió el pasado 6 de septiembre un atentado con cuchillo que casi le costó la vida y que exigirá una nueva operación a finales de enero para reconstruirle el intestino y normalizar su tráfico intestinal.
jhs