Foto: Cuartoscuro/Archivo La arquidiócesis recordó el mensaje del Papa Francisco sobre las palabras de Pablo VI  

La Arquidiócesis Primada de México señaló que frente al cambio de época y de gobierno que estamos viviendo, apela a la buena voluntad de los políticos, independientemente de su identidad cultural o religiosa, a cumplir sus promesas practicando la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad y la fidelidad.

“Estas virtudes humanas, que son la base de una buena acción política, en nuestro país deben verse reflejadas en el respeto, por parte de la clase política, a la vida humana, a la libertad de culto y a la dignidad de las personas. Sólo así, podremos decir que la política en México está cumpliendo un servicio en pro de la paz”, sostuvo en su editorial dominical.

La iglesia católica de México a través de su escrito publicado en el semanario Desde la Fe, al que título: “Es momento de cumplir”, recuerda que cuando el 1 de enero de 1968, su santidad Pablo VI dirigió al mundo su mensaje con motivo del primer “Día de la paz”, hizo votos porque esta celebración se repitiese cada año como un presagio y una promesa de que sea la paz la que domine el desarrollo de la historia de la humanidad.

Por lo anterior, ahora la Arquidiócesis de México menciona que, al inicio de 2019, el Papa Francisco haciendo eco por sexta ocasión en su pontificado del profundo deseo de Pablo VI de defender la paz frente a los peligros que la amenazan, se dirige especialmente a la clase política, cuya función y responsabilidad constituyen un desafío permanente en tres sentidos: servir a su país, proteger a cuantos viven en él y trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo.

“A ellos, con las suaves palabras del poeta Charles Péguy, Francisco les hace ver una realidad estremecedora: la paz es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Y es que –dice el Santo Padre– la búsqueda de poder a cualquier precio lleva inevitablemente al abuso y a la injusticia, y convierte a la política en un instrumento de opresión, marginación, e incluso, de destrucción”, resalta la iglesia católica.

aetc