Uno de los testigos principales en el juicio por narcotráfico contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, Vicente Zambada, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, narró en el juicio cómo su “compadre” el Chapo le explicó su huida de la cárcel en 2003 escondido en un carrito de la lavandería, al tiempo que negó la corrupción al más alto nivel.
En la primera sesión del juicio tras el parón navideño y de acuerdo con el relato de Vicentillo, “El Chapo” le contó que el encargado de la lavandería del presidio mexicano, un hombre llamado Chito, lo escondió debajo de una carga de sábanas y mantas sucias para conseguir que escapara del presidio.
Según le narró “El Chapo”, el narco iba contando cada una de las puertas por las que iba pasando ya que, cada vez que tenía que pasar por un control de la policía, escuchaba el sonido de apertura.
En un momento, además, cuando Chito dejó suelto el carrito para hablar con un policía, “El Chapo” le dijo que el carrito se cayó hacia atrás y tuvo miedo, contó entre risas en su reunión, de lo que podría haber ocurrido si la ropa se hubiera volcado con él dentro. Finalmente consiguió escapar.
Además, Vicentillo aseguró que Guzmán le negó que, como se aseguraba por entonces, el director de la prisión de Puerta Grande o incluso el presidente mexicano de entonces, Vicente Fox, estuvieran compinchados para sacarlo de la prisión.
De acuerdo con su versión, “sólo tres o cuatro personas” estaban enteradas del plan de fuga ya que, cuantas más personas lo conocieran, había más posibilidades de que se difundiera.
No solo explicó su huida, sino también la naturaleza de los negocios entre su padre “El Mayo” Zambada y “El Chapo” al frente del cártel de Sinaloa.
Cuando El Chapo huyó de la cárcel y se encontraba en la ruina, con la necesidad de montar de nuevo sus contactos, “El Mayo” se ofreció a darle el 50 % de cada kilo de cocaína que vendiera.
“El Chapo” se lo agradeció y él convino a hacer lo mismo con su socio a partir de entonces.
Vicentillo, que saludó de una forma cortés con una sonrisa al “Chapo” desde el estrado y fue correspondido, no parecía estar pasando un buen rato mientras declaraba en contra de su “compadre”, que miraba atentamente desde la mesa de la defensa.
Vicente Zambada fue detenido en 2009 y se declaró culpable de dos delitos de conspiración e importación y distribución de miles de kilos de cocaína en Estados Unidos y se enfrenta a una condena de diez años a cadena perpetua.
Con la esperanza de una reducción de condena, como aseguró en el estrado, se declaró culpable y se comprometió a declarar y aportar toda la información que pudiera necesitar la fiscalía.
Además, se comprometió al pago de 1.373 millones de dólares estadounidenses como parte de su acuerdo de culpabilidad.
El acuerdo también recoge un permiso especial para permitir el acceso a su familia a Estados Unidos, que vinieron por su “seguridad”, ya que era mejor estar aquí que en Sinaloa.
TFA