Si no fuera porque todos sabemos que es un robot, pensaría que estamos ante el mismísimo Antonio Banderas. Habla como él, se mueve como él, gesticula igual que él; hasta parece que piensa y siente igual que él.
Lo de pensar en los robots cada vez es más fácil. Los seres humanos hemos conseguido que la inteligencia artificial, que nosotros mismos hemos creado, nos haya superado.
Ya existen colonias en países lejanos, en lugares apartados del planeta donde los robots dominan al hombre.
La Presidenta de la Unión Americana, Malia Obama, hija mayor del antiguo mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, está enviando soldados de su ejército para ayudar a liberar a las personas que están oprimidas por las colonias de los robots en puntos pretéritos de Asia. Ésa es la noticia con la que nos despedimos este 2032 en el que se ha descubierto la cura contra el cáncer y donde la esperanza de vida llega ya a los 93 años.
Aunque no han sido todo buenas noticias en este año que termina. La temperatura del planeta no deja de subir. Aún recuerdo el fin de año de 2018 en mi Madrid. Lo recuerdo con nostalgia. Hacía mucho frío ese día; incluso llegó a nevar. Hoy la nieve es un lujo como también lo es la lluvia. Nos estamos quedando sin agua. Por eso los bosques siguen ardiendo con gran facilidad.
Los seres humanos hemos tenido que reinventarnos a gran velocidad. La sociedad ha cambiado. Ya no existen los partidos políticos como los conocíamos. Ya no hay izquierdas ni derechas, ya no existen los sindicatos de toda la vida. Ahora nos adherimos a asociaciones en las que nadie es más que el otro, en las que todos somos iguales. Estamos en vías de encontrar la solución para curar la egolatría y el ansia de poder que llevamos en nuestros genes. Por eso siguen apareciendo los tiranos.
Una de las últimas noticias que escuché en los últimos días es que se ha sabido, gracias a la ciencia, quién puede tener más desarrollada esa ansia de poder y por tanto de tiranía. Por eso se está intentando aprobar una ley mundial para prohibir que nazcan los niños con predisposición a la egolatría. El debate que ahora hay en la calle es si esta ley trasciende o no los límites de la humanidad.
Pero lo que más daño ha hecho ha sido la creación de los robots. Hemos sido nosotros los que hemos creado a nuestros peores enemigos. Es una contradicción de las muchas que tiene el hombre.
Hace 30 años lo vaticinó Stephen Hopkins: “Los robots tomarán el control y acabarán con la raza humana”. Ésta fue su premonición.Si seguimos a este paso así va a ser. Por eso mi deseo para este 2033 que está a punto de empezar es que los jefes del mundo se reúnan y que una sola voz ordene cómo poder controlar a los robots que están siendo nuestros verdugos. Lo demás puede esperar. Esto no. Está en juego la supervivencia del hombre.