Ante el anuncio oficial de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) de Texcoco, el Gobierno prevé cubrir las deudas que deja la decisión, a través de la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) del actual aeropuerto Benito Juárez, que es una cuota que establece cada aeródromo por el derecho de su uso y que se cobra a los usuarios en servicios como estacionamiento, comida y comercios.
Pero la interrogante es si el TUA, al que el Gobierno ve “como una varita mágica”, será suficiente para sostener los pasivos que dejará la cancelación del NAIM, tomando en cuenta que al año recauda alrededor de 500 millones de pesos. Analistas han estimado que los costos de cancelación del NAIM superan los 10 mil millones de dólares (200 mil millones de pesos).
Al cancelar el NAIM, el Gobierno deberá de pagar las inversiones comprometidas a través de títulos de deuda y certificados bursátiles, como los bonos y el Fideicomiso de Inversión en Energía e Infraestructura (FIBRA E).
El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) anunció en días pasados el pago anticipado de la FIBRA E, por un total de 30 mil millones de pesos, dinero que se le devolverá a los inversionistas que adquirieron esos certificados bursátiles, entre los que se encuentran cuatro Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores): Inbursa, Pensionissste, Profuturo y XXI-Banorte.
También se deben seis mil millones de dólares de los bonos adquiridos por inversionistas nacionales y extranjeros, sin contar los rendimientos prometidos a diversos plazos, como a 30 años.
LEG