La llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar a los hogares mexicanos es un día esperado por la niñez mexicana, quien la mañana del 6 de enero suelen despertar colmados de ilusión por divertirse y jugar con los regalos que la noche anterior les trajeron los Reyes Magos.
Para los adultos este día también representa alegría, pues se suele celebra la llegada de estos personajes con reuniones familiares y con amigos, en las que se bebe chocolate caliente y se organiza la tradicional partida de Rosca de Reyes.
Las panaderías ofrecen pan de este tipo en diferentes versiones, entre las que destacan las rellenas de nata, de crema de avellana, crema batida, de queso crema y mermelada de zarzamora, entre otras peculiares presentaciones.
Además de ser un deleite probar estas propuestas culinarias, el festejo señala que aquellos a los que les sale el muñeco en su rebanada de la rosca deberán comprar o preparar los tamales que se disfrutan el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Esta tradición, arraigada en la mayoría de los hogares mexicanos, llegó al país tras La Conquista y se mantuvo durante el Virreinato, para paulatinamente adquirir características locales que la convirtieron en lo que es hoy; un festejo que gusta a chicos y grandes.
De acuerdo con el portal relatosehistorias.mx, esta celebración parte de la adoración a los Reyes Magos en la tradición católica, la cual este día recuerda la llegada de los magos de Oriente que visitaron a Jesús después de su nacimiento.
“Santiago de la Vorágine, en la leyenda dorada, propone que este evento fue a los 13 días de nacido Jesús, incluso comentó que 30 años más tarde, en esa misma fecha, fue bautizado por San Juan”, indica el sitio web.
De ahí parte la historia que la mayoría de los mexicanos conocen, la cual narra que guiados por una brillante estrella, los tres reyes de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltazar finamente vestidos y montados en un camello, un caballo y un elefante, emprendieron el viaje para adorar al niño Jesús a quien le entregaron varios obsequios.
Dicha historia dio origen a la costumbre de ofrecer y recibir regalos, principalmente para los niños, quienes piden a los Reyes Magos los obsequios que desean mediante una carta, que suelen enviar por medio de un globo con helio o que entregan en alguna de las instalaciones que se colocan en plazas públicas y centros comerciales, donde Melchor, Gaspar y Baltazar no solo escuchan las peticiones de los pequeños sino que además se toman la foto con ellos.
Luego de posicionarse esta celebración en Europa, llegó a este continente donde los colores de piel y atuendos de los reyes han cambiado, a fin de que la población se sienta más identificada con estos mágicos personajes.
En México, el festejo se remonta a los primeros años de la evangelización en el Nuevo Mundo, señala la página en Internet www.dias-festivos-mexico.com.mx.
Mientras que con el paso del tiempo se arraigó en la mayoría de los hogares, donde los niños con mucha ilusión colocan bajo al árbol de Navidad un par de zapatos o una bota para que los Reyes dejen ahí sus obsequios.
En cuanto a la rosca, ésta tiene su origen en países europeos como Francia y España en la Edad Media y desde entonces “es costumbre partir una rosca de pan, la cual se caracteriza por tener forma circular, símbolo del amor eterno de Dios que no tiene principio ni fin”, menciona el sitio www.gob.mx.
Además, las frutas secas cristalizadas que adornan el pan, simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, mientras que el muñeco escondido representa al niño Jesús.
Así, la celebración del Día de Reyes es una de las más disfrutada por los mexicanos, quienes en esa fecha disfrutan de la alegría de ver a los más pequeños del hogar jugando con sus obsequios nuevos, en tanto los adultos conviven alrededor de la deliciosa roca, que bien vale la pena acompañar con un chocolate o café caliente, que ayude a mitigar el frio que se siente en el primer mes del año.
jhs