El desabasto de gasolinas en ocho entidades del país ha tenido que ser explicado por los propios ciudadanos.

El Gobierno federal no dio una explicación seria; dijo que se debía al cambio en el sistema de distribución, es decir, que se usarían pipas en lugar de llevar el combustible por los ductos construidos para ello.

La crisis obligó a Pemex a salir con esa explicación anodina.

La realidad es que, como se comprobaría después, la dirección de Pemex, que encabeza el ingeniero agrónomo Octavio Oropeza, ordenó el cierre de los ductos como una medida para abatir el huachicoleo.

La decisión debió parecerle a todos los integrantes del gabinete una gran idea.

Pero no pensaron en las consecuencias.

El fin de semana, cuando miles de familias debían regresar a la Ciudad de México y otras entidades al término de las vacaciones de fin de año, simplemente no había forma de conseguir el combustible.

Se afectó la economía de los ocho estados y la de los visitantes; se afectó el transporte público al igual que los servicios de salud y seguridad, pues ni las patrullas podían conseguir combustible.

El presidente López Obrador dijo ayer que desde el sexenio de Fox, los Gobiernos (federales) permitieron el robo de combustible.

Y tasó en 60 mil millones de pesos anuales la utilidad por este delito.

Lo contradictorio del tema es que López Obrador ha reiterado esa responsabilidad en varias ocasiones no sólo a los ex Presidentes, sino a los ex directores de la hoy empresa productiva del Estado, pero no hay denuncias penales en contra de ninguno de ellos.

El tabasqueño dijo que “en el peor de los casos’’ su gobierno espera reducir de 60 mil a 10 mil millones de pesos anuales el robo de combustible en el país.

Algo así como de lo perdido lo que aparezca.

Pero el cierre de ductos –que López Obrador dijo habría permitido reducir el robo de combustible de mil 100 pipas de 15 mil litros a tan sólo 36- no parece ser la mejor opción ante los problemas que se generaron en ocho entidades.

El Gobierno tendrá que presentar una nueva estrategia que permita atacar un problema sin generar una docena más.
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Esta semana se realizará en la Cámara de Diputados un foro para conocer la opinión de especialistas y de organizaciones sobre la creación de la Guardia Nacional.

La verdad se tratará de una simulación, pues la decisión ya está tomada y es apoyada tanto por diputados y senadores de Morena y del PRI, como por la mayoría de los gobernadores.

Es cierto que habrá pataleo, pero eso sólo servirá para legitimar la respuesta de que todas las organizaciones fueron escuchadas.

Los días 16 y 17 de este mes se realizará un periodo extraordinario para aprobar el tema; será aprobado, con algunas modificaciones de forma, pero no de fondo, para que nadie se queje de que no se escuchó “a la sociedad civil’’.
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La única senadora de Morena que condenó el hecho de que México no firmara la declaración del Grupo de Lima, que pedía a Nicolás Maduro no asumir un segundo mandato en Venezuela, fue Lilly Téllez.

La ex conductora de televisión dijo que no podía dejar de condenar la violación de los derechos humanos en ese país, algo que ninguno de sus compañeros se atrevió a hacer.

A ver si sus líderes no la regañan por ir en contra de lo que será la política exterior en el sexenio de López Obrador.