Los datos resultan escalofriantes. En los próximos meses, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene contemplado despedir a más de 220 mil servidores públicos, bajo el argumento de haber servido en otras administraciones, contar con plazas de confianza o simplemente para reducir gastos de operación.
Hoy, los servidores públicos son señalados por supuestas faltas de resultados, ausentismo, corrupción y compadrazgos. No obstante esta situación, una gran mayoría de la burocracia se pronunció por un cambio y votó por el candidato de Morena. Sí, por el mismo que muy pronto llevará a más de 200 mil familias a la angustia del desempleo.
Estudios internos del equipo de campaña del entonces candidato de la coalición Todos por México, José Antonio Meade, revelan que al menos 45% de quienes laboran en oficinas gubernamentales votaron por López Obrador. Hoy, esos mismos empleados han sido o serán despedidos, muchos de ellos han visto sus salarios reducidos y sus prestaciones se han esfumado.
Las encuestas del equipo de Meade muestran una clara evolución en las preferencias de la burocracia en favor de AMLO. A mediados del proceso electoral, los estudios en este segmento reflejaron que 30% manifestaba su preferencia por Morena, mientras que 24% lo hacía por el ex secretario de Hacienda y únicamente 9% se expresaba a favor de Ricardo Anaya.
Sin embargo, a la pregunta “¿quién cree que va a ganar de los cuatro candidatos?”, las cosas cambiaban drásticamente: 49% refería a López Obrador, mientras que 22%, a Meade y 11%, a Anaya.
Al final del proceso, las cosas no se modificaron mucho. Una encuesta de salida elaborada por el equipo de Meade ratificó que las preferencias de los servidores públicos fueron claramente a favor de López Obrador. El 45% declaró haber votado por AMLO, 23% por Meade y 21% por Anaya.
Difícil saber si hoy los escenarios pudieran cambiar. Lo cierto es que dentro de las dependencias existe incertidumbre por el futuro de decenas de miles de servidores públicos. Este temor que hoy ronda en las oficinas públicas refleja la profunda brecha que existe entre percepción y realidad.
Segundo tercio. Con una clara ventaja dentro del Congreso poblano, Morena se apresta a designar al gobernador interino de esa entidad. El panismo, en desventaja numérica en ese órgano legislativo, podría quedar relegado de la decisión, con el riesgo que ello implica para el proceso electoral que habrá de llevarse a cabo en los próximos meses. Más allá de sus divisiones internas, el blanquiazul y el grupo formado por Rafael Moreno Valle deberán superar las diferencias para mantener la gubernatura en un escenario que se antoja adverso.
Tercer tercio. Era de esperarse. Ignacio Morales Lechuga nada tiene que ver con las acusaciones por supuestos actos de corrupción vertidas por un testigo protegido de la DEA. Éstos habrían ocurrido en 1995, cuando el hoy notario fungía como embajador de México en Francia. Además, la amplia carrera como servidor, abogado y diplomático de quien fuera titular de la PGR corrobora la falsedad de estos señalamientos.