El Presidente de EU, Donald Trump, no cede en su plan para construir un muro en la frontera con México y ayer en un intento más de convencer acudió a la zona McAllen, Texas, donde en una mesa redonda sobre seguridad reiteró que la valla es necesaria para salvaguardar al país.
Además mantiene su amago para declarar una emergencia nacional para destinar directamente los recursos para su proyecto.
Esto 24 horas después de que rompiera las negociaciones con los líderes demócrotas en el Congreso para obtener los fondos para construirlo y por lo que permanece cerrada parcialmente su admistración.
“Tengo el derecho absoluto para declarar una emergencia nacional. No debería de llegar a declararla porque esto es de sentido común. (…) Necesitamos un muro”, apuntó Trump en declaraciones a los periodistas en McAllen.
El plan de Trump para financiar el muro a través de una orden ejecutiva, que inicialmente fue vista como una medida radical entre los republicanos, ha empezado a reunir apoyos entre los miembros de su partido, incluyendo al senador Lindsey Graham, uno de los más influyentes en la Cámara Alta.
Además, el diario The Washington Post informó ayer que la Casa Blanca comenzó a sentar las bases para hacer la declaración de emergencia nacional, lo que se prevé llegará a los tribunales, aunque podría llevar a poner fin al cierre del gobierno.
El diario precisó que la administración está considerando el dinero no utilizado en el presupuesto del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (13 mil millones de dólares) asignados pero no gastados para proyectos de obras civiles, citando dos fuentes con conocimiento de los desarrollos.
En su visita a la frontera Trump estuvo acompañado por el senador republicano Ted Cruz y autoridades del gobierno texano, además se reunió con trabajadores de la Patrulla Fronteriza en uno de los puestos de vigilancia y elogió su trabajo para frenar el paso de inmigrantes indocumentados.
Habló de la negativa demócrata para otorgarle recursos para la construcción del muro, “ellos no quieren escuchar muro, y está bien, le llamaremos barrera, y que sea de acero, ya no de concreto, si no quieren escuchar muro, lo queremos de acero”.
Cuestionado sobre si no será México quién pague por el muro, Trump defendió que “nunca” ha dicho que el país “escribiría un cheque” para pagar la construcción del muro, a pesar de que ha repetido en reiteradas ocasiones que el país vecino financiaría la protección fronteriza.
La campaña electoral de Trump describió en abril de 2016 los pasos que el entonces candidato tomaría para obligar a México a pagar entre 5 mil y 10 mil millones de dólares para financiar el muro.
Apenas este miércoles, el mandatario sostuvo una fracasada reunión con los líderes demócratas Nancy Pelosi (Cámara de Representantes) y Chuck Schumer (Senado) para tratar de obtener cinco mil 700 millones de dólares para construir la valla.
Ante la negativa opositora, Trump abandonó la reunión que él mismo convocó y dijo que fue “una pérdida de tiempo”.
La disputa por el presupuesto mantiene por tercera semana consecutiva el cierre parcial del gobierno, lo que afecta en forma directa a por lo menos 800 mil empleados federales y servicios como recolección de basura, administración de parques nacionales y museos, entre otros.
Trabajadores federales reclaman fin del cierre administrativo
Miles de trabajadores federales protestaron ayer en diferentes ciudades de Estados Unidos para reclamar el fin del cierre de la Administración, que cumplió 20 días parcialmente paralizada debido a las diferencias políticas entre el presidente Donald Trump y la oposición demócrata.
“Miles de estadounidenses que trabajan arduamente están siendo excluidos de sus puestos de trabajo por ninguna otra razón que la política del miedo. ¡Vergüenza de Senado! ¡Vergüenza de Casa Blanca!”, exclamó Richard Trumka, el presidente de AFL-CIO, la mayor plataforma sindical del país, ante cientos de empleados públicos.
Varios centenares se concentraron enfrente de la Casa Blanca para pedir a Trump que reabra la Administración.
Para hacer frente a la suspensión de pagos, miles de empleados federales han decidido optar por los subsidios de desempleo, a pesar de que técnicamente sí tienen trabajo. De este modo, los empleados sí recibirán una compensación económica por estar oficialmente desempleados. Pero los miles de empleados que trabajan normalmente subcontratados por la Administración no correrán la misma suerte.