La campaña electoral para elegir a Presidente y vicepresidente en El Salvador ha cobrado importancia en varios países ante el incremento de salvadoreños que han optado por nutrir las filas de las caravanas que se dirigen a Estados Unidos con el argumento de la violencia que azota su lugar de origen, lo que pareciera se ha trasladado a las redes sociales y a la estrategia electoral de uno de los candidatos.
La información sobre Nayib Bukele, candidato de la coalición GANA, ha resaltado en gran parte porque su campaña se ha centrado prácticamente en las redes sociales, tanto así que destacó por haber rechazado participar en debates en vivo con otros contendientes.
Como testigo del rechazo de Bukele al intercambio de ideas y el contraste de posturas se ubicó el lugar vacío dentro del debate celebrado anoche en El Salvador.
Pero no sólo fue su ausencia, sino que en un claro desprecio a los ejercicios democráticos en vivo, Bukele optó por presentar, a la misma hora, algunas de sus propuestas de Gobierno a través de redes sociales, y es que detrás de una pantalla y con el fácil aplauso de seguidores, la democracia a modo es la más eficaz herramienta de autoadulación.
Existen ejemplos de que las consecuencias de usar estos canales de comunicación de manera irresponsable llega a tener consecuencias negativas en las acciones que los seguidores pueden tomar en las calles; uno de ellos es el enfrentamiento que Bukele ha tenido con el Tribunal Supremo Electoral de ese país, en donde a través de acusaciones sobre un posible fraude, y posteriormente la relación que pudiera tener eso con un incendio reportado en el pabellón 4 del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), lugar donde se encuentra parte del equipo informático que se usará para la transmisión de resultados, fue que sus adeptos tomaron de manera violenta las instalaciones de la autoridad electoral, lo que forzosamente lleva a cuestionar si no existe ya suficiente violencia en ese país como para enardecer las redes de cara a los comicios.
Sembrar dudas o miedo a través de una pantalla inteligente de un celular o un ordenador aleja al país que expulsa gran parte de su población del clima de paz que realmente requiere, sobre todo cuando se rehuye el intercambio de ideas y el debate de cara a los demás contendientes, y con ello se priva a la población de conocer las posturas y reacciones que tendría un funcionario público de frente a sus detractores.
El futuro de esa nación amiga es de profundo interés, pues de eso dependerá la cantidad de caravanas y personas a las que tendremos que atender y apoyar en su llegada a Estados Unidos o, en el escenario más negativo, de su posible deportación y estadía en nuestro territorio.
Los comicios se celebrarán el próximo 1 de febrero; 5.2 millones de salvadoreños tienen derecho a votar en una primera vuelta, mientras que podría celebrarse la segunda vuelta el 10 de marzo.
Según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) del año 2017, 33.8% de toda la población de 10 años o más tiene acceso a Internet. Es decir, que una de cada tres personas con 10 años o más utiliza Internet.
Es y siempre será importante tener en cuenta lo que suceda más de nuestra frontera sur, así como en las economías de la región ante un entorno internacional que se vislumbra con más retos de integración.