La Coca-Cola compraba huachicol y se subsidiaba de la adquisición de combustible robado, según Pablo González Córdova, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
La revelación, que es de primer interés para esa empresa, la misma que fue dirigida en México en algún momento por el ex presidente Vicente Fox, forma parte de una catarata de afirmaciones, datos duros e implicaciones penales probables que empieza a ser conocida por la opinión pública la cual, para fortuna del Gobierno federal, respalda en porcentajes que van de 65 a 80% de las medidas que están siendo adoptadas en todo el país.
En su confrontación con ex funcionarios, con trabajadores corruptos -sindicalizados o no- de Pemex, con gasolineras coludidas para la adquisición ilegal de combustibles y con pobladores de algunas entidades clave en la crisis alrededor del desfalco nacional que enfrenta la autoridad federal, el Gobierno cuenta cada día con información adicional acerca del enorme proceso de corrupción respecto del cual no hicieron prácticamente nada las administraciones del PAN y del PRI durante al menos los últimos 18 años.
De acuerdo a las revelaciones del presidente de la Amegas, realizadas en una entrevista de la periodista Gloria Reza, de Proceso, en circulación desde el sábado, las empresas con flotillas de más de mil vehículos, las cuales no consumían de un tanque, sino de pipas de Pemex de 20 ó 30 mil litros, “son las que adquirían el huachicol, entre ellas la Coca-Cola que presuntamente compraba el combustible a mitad del costo real. Al parecer, Pemex le entregaba facturas falsas”.
Seguramente la Coca-Cola exigirá que el presidente de la Amegas presente datos más finos de su declaración inicial y con justificada razón.
En épocas navideñas y a lo largo de todo el año, esa empresa se asegura de generar mensajes y difundir contenidos que resaltan los valores que deben imperar en la sociedad global y no solamente en nuestro país. Entre ellos se promueven los de la amistad, la honestidad, el trabajo o la colaboración con independencia de razas y estratos sociales.
Es de asegurarse que la Coca-Cola promueve también el Estado de Derecho.
Seguramente pondrá a disposición de las autoridades información valiosa para determinar, primero, si hubo o no participación de algunos de sus empleados, aunque ello pudo no haber correspondido con un esquema de coordinación corporativa, sino con alguna iniciativa de parte de sus directivos o supervisores.
Segundo, será buena oportunidad para agregar información respecto del proceso de corrupción entendido, como corresponde a la literatura especializada, no con una, sino con dos partes del proceso: la autoridad que administraba el proceso mediante el cual el huachicoleo era posible y, la otra, la parte del sector privado que promovía la adquisición del producto robado.
Los ductos se han cerrado provisionalmente, y junto a la crisis de desabasto se ha abierto un depositario de información sobre probables delitos que la autoridad está obligada a atender.
Sin amnistías.
@guerrerochipres