Entre los cambios que se valoran a la iniciativa para crear la Guardia Nacional, se estudia la posibilidad de llamarla mejor Guardia Civil.
El cambio de nombre obedecería, desde luego, a tratar de eliminar la imagen de un ejército alterno por uno constituido por civiles.
No sólo el mando cambiaría de militar a civil; habrá otros cambios con los que los diputados de Morena tratarán de dar certeza a sus detractores que no se militarizará el país.
Es casi un hecho que Morena logre la mayoría calificada con el apoyo de los diputados del PRI, pese a que entre las organizaciones defensoras de los derechos humanos se mantenga la negativa a crear esta nueva Policía nutrida de militares y marinos.
Ayer la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) anunció su visto bueno a la creación de la Guardia Nacional.
Sin embargo, el sindicato patronal reiteró tres demandas “irreductibles que deben quedar delimitados:
“El primero es que los militares que pertenezcan a la Guardia Nacional deben renunciar a la milicia con el fin de asegurar la preponderancia del mando civil.
“Asimismo, se deben establecer con claridad las atribuciones de los estados y municipios en materia de combate a la delincuencia y seguridad pública, ya que sólo con una relación de coordinación y no de subordinación se podrá respetar el pacto federal’’.
El tercer punto es la creación de una Academia Nacional para Policías, que sería la encargada de formar al personal policiaco para las corporaciones municipales, estatales y federales de todo el país, dejando fuera el adiestramiento militar que tendrá esta primera generación de la Guardia Nacional.
El avance de las negociaciones entre Morena y la oposición hace pensar que, aún con los votos en contra del PAN y quizá algunos diputados del PRI, nada impediría que el fin de semana próximo haya Guardia Civil o Nacional en el país.
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Por cierto, ayer los panistas reclamaron al presidente López Obrador información sobre el avance de las investigaciones del accidente aéreo que costó la vida a la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y a su esposo, el senador Rafael Moreno Valle.
El Presidente se comprometió, el día del accidente, a publicar los avances de la investigación, pero ya van más de 15 días del suceso y no hay nada aún sobre los avances.
Ni de las investigaciones de las autoridades mexicanas ni de las que realizan expertos canadienses.
Y mientras eso ocurre, la dirigencia nacional del PAN sigue negociando con Morena en Puebla que se respete el acuerdo no escrito de que el partido que ganó la elección lleva mano para nombrar al interino.
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Como en la canción infantil, López Obrador tenía tres candidatos a la Fiscalía General, pero ya nomás le quedan dos.
El Presidente había dicho en campaña que sus gallos para fiscal serían Eva Verónica de Gyves Zárate, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Bernardo Bátiz Vázquez, nada más que el segundo fue electo ministro de la Suprema Corte, por lo que quedó una vacante en la tan ansiada terna.
¿Quién de los 27 aprobados por el Senado tiene patas para gallo, para que supere el filtro y se coloque en la lista de 10 que será enviada a AMLO para que, a su vez, regrese al Senado a sus tres favoritos?
¿A poco sí habrá caballo negro?
LEG