Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, dijo en 2004 a los egresados de la Universidad Wagner en Staten Island, Nueva York: “Nunca, nunca se den por vencidos. No se rindan. No permitan que suceda. Si hay un muro de concreto frente a ustedes, atraviésenlo, pasen por encima de él, denle la vuelta, pero asegúrense de llegar al otro lado del muro”. El video que rescata la escena fue difundido en redes sociales por el presentador Trevor Noah en los primeros días de enero de este año, que en tan sólo un día alcanzó más de 100 mil retuits y ocho millones de reproducciones.
La anécdota es a propósito de los dos años del gobierno de Trump que se cumplirán el próximo domingo 20 de este mes. Dos años marcados por constantes escándalos, tropiezos y una errática administración que culminan con un Presidente que sigue en campaña (ahora por la reelección) y tiene al Gobierno sumido en una crisis por el cierre parcial de su administración que está por cumplir las tres semanas, el período más largo en la historia de esa nación desde que se adopta dicha medida.
Esa situación, entre otras, tiene a 800 mil trabajadores públicos sin percibir su salario. El motivo: su empecinamiento (contrario a lo que recomendaba a estudiantes) para que la Cámara de Representantes le autorice recursos adicionales del orden de los cinco mil 700 millones de dólares con el objetivo de financiar la construcción del muro en la frontera con México. Es decir, durante cuatro años (dos de campaña y dos como Presidente), Trump ha convertido lo que nació como una puntada, en un tema de Estado con implicaciones políticas de dimensiones nacionales e internacionales.
Su excéntrico estilo de gobernar lo ha llevado a un punto en que el conflicto ya no sólo es contra los que él considera como sus enemigos (la prensa, los demócratas y casi todo el mundo), ahora también es contra sus propios aliados en el Partido Republicano, pero también con sus electores. De acuerdo a recientes sondeos, su popularidad ha caído en 36%, la cifra más baja en todo lo que va de su gestión.
Pero las malas noticias para él se van acumulando. Nuevamente una caravana migrante se apresta a salir de Honduras para tomar como destino la Unión Americana, lo que ha renovado su discurso de odio. Cabe recordar su amenaza de recortar la ayuda financiera a los países centroamericanos que no detengan el camino de los migrantes, además de los insultos que les ha conferido como cuando los llamó “animales”.
La segunda mitad de su gestión también inicia con un nuevo Gobierno en México que ha puesto sobre la mesa, para el tema migrante, una propuesta de solución negociada y de cooperación con los países de Centroamérica. La duda que asalta es la terca necedad de Donald Trump, porque cuando dice una cosa, hace todo lo contrario, como la recomendación que hizo para no dejarse detener por muros, y ahora hace todo lo posible por levantar uno.