¿Usted le cree al ex presidente Carlos Salinas de Gortari que no sabía en qué estaba metido su hermano Raúl?, ¿se traga aquella de que Carlos Romero Deschamps no estaba enterado del “huachicoleo”, un negocio que deja 80 mil millones de pesos al año?

O acaso ¿nadie en el PAN sabía de la terrible corrupción que caracterizó al gobierno de Guillermo Padrés? y ¿nadie en el PRI sabía de la maquinaria de los gobernadores, Humberto Moreira, Arturo Montiel, Rodrigo Medina, César y Javier Duarte para ordeñar sus respectivos estados?

¿De verdad nadie se dio cuenta de las irregularidades de la construcción de la Estela de Luz, y no pudo el gobierno de Felipe Calderón rastrear los mil 146 millones de pesos?

¡Pobres contralores mexicanos y chafas funcionarios de la Secretaría de la Función Pública que no detectaron relación irregular alguna entre la empresa brasileña Odebrecht y Pemex!

Pamplinas, la corrupción es una cadena de complicidades, y los mexicanos ya no nos chupamos el dedo.

Por eso, nadie en su sano juicio puede creer que el ex fiscal general de Nayarit actuaba solo.

Édgar Veytia ya se declaró culpable en una Corte de Estados Unidos tras ser acusado de narcotráfico.

Fue director de Tránsito Municipal en Tepic, y en 2008 lo convirtió el entonces alcalde Roberto Sandoval en secretario de Seguridad Pública.

Ya durante el gobierno de Sandoval (2011-2017), Veytia fue nombrado por su amigo el titular del Ejecutivo local como fiscal general. Mientras en la Ciudad de México está el camino pavimentado para que rindiera protesta como Presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Fue hasta marzo de 2017 (es decir, un año antes de que acabara su gobierno el mexiquense) que un juez de la Corte para el Distrito Este de Nueva York giró una orden de aprehensión contra el amigo cercano a Roberto Sandoval, a quien apodan en el bajo mundo de los cárteles como el Diablo.

¿Cómo fue posible que la PGR, la Sedena, la Marina y el SAT nunca sospecharon del procurador de un Gobierno estatal priista?, ¿cómo es posible que el Estado Mayor Presidencial permitió que Peña Nieto realizara giras a Nayarit, cuando el hombre fuerte del gobernador Sandoval tenía nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación?

Antonio Echevarría García, sucesor de Sandoval, parece no interesarle investigar la criminal relación entre el que fuera fiscal estatal y sanguinarios traficantes de metanfetaminas. Tampoco ha tocado -ni con el pétalo de una carpeta de investigación- a quien le heredó el despacho. Por eso, la percepción ciudadana en el oeste del país es que es cómplice, y que en lugar de Palacio, debería despachar en las Islas Marías.

¡Pobre Nayarit, pobre México!

@GustavoRenteria
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