Alexandre Benalla, ex guardia del presidente francés Emmanuel Macron, fue puesto bajo custodia como parte de la investigación abierta sobre el uso que dio a pasaportes diplomáticos tras su despido del Palacio de Elíseo.
La Fiscalía de París inició una investigación preliminar sobre la posesión de los pasaportes, a pesar de que el ex agente declaró que los entregó cuando fue despedido.
De acuerdo con reportes de prensa, el 29 de diciembre pasado, una investigación preliminar por “abuso de confianza” y “uso ilegal de evidencia profesional” se abrió después de que el ex guardia de Macron usó sus pasaportes diplomáticos para viajes privados.
El Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que intentó varias veces que Benalla devolvieran los documentos, pero sin éxito alguno, por lo que el miércoles 9 de enero, a través de su abogado, regresó los pasaportes a los investigadores.
Benalla fue cesado el año pasado y no devolvió dos pasaportes diplomáticos que se le habían concedido cuando trabajaba en la seguridad de Macron, y siguió utilizándolos para viajes a Israel y países africanos.
La oposición y la prensa arremetieron contra Macron por este caso, pese a que el mandatario ha negado conocer el uso que su exguardaespaldas hacía de los documentos.
Benalla fue investigado ya previamente por haber participado de manera ilegal en la represión de una manifestación en París. El caso provocó su despido y un escándalo sin precedentes para el presidente.
Los pasaportes diplomáticos se emiten a los funcionarios para facilitarles el viaje y otorgarles cierta inmunidad legal mientras se encuentran en territorio extranjero.
El exguardia está acusado de mal uso de su pasaporte diplomático en 20 viajes entre agosto y diciembre pasados, según dijo a la prensa el jefe de personal de Macron, Patrick Strzoda, quien habló el miércoles ante la Comisión de Derecho del Senado.
DAMG