Quienes conocen a Alejandro Gertz Manero y a Bernardo Bátiz, aseguran que los legisladores escogieron la mejor opción para fiscal general de la República. A Gertz lo describen como un servidor público firme y enérgico. Y del doctor Bátiz lo que dicen es que, como funcionario, siempre ha sido una buena persona.
Una de las principales críticas que se le hacen a quien será el primer fiscal general de la República es la fuga del Chapo Guzmán del Penal de Puente Grande.
No obstante, quienes conocen de cerca el tema recuerdan que ese día Gertz Manero ya era secretario de Seguridad Federal, pero sólo de palabra. No tenía el control de nada, porque no se lo habían dado. Por eso es una falacia decir que fue a él a quien se le escapó el narcotraficante.
De hecho, según un informe interno, por aquellos años (entre 2001 y 2004) en que, quien será el primer fiscal, era secretario de Seguridad Pública se muestran golpes importantes al narcotráfico, como la detección de cuatro narcotúneles en Tijuana y 17 pistas clandestinas, 10 en Nuevo León y siete en Baja California. Logros que hasta ese momento no se habían tenido.
Algunos de sus ex colaboradores recuerdan aquel bloqueo carretero que llevaba horas, realizado por los normalistas de Ayotzinapa, en el que él personalmente fue a hablar con ellos: bajó del helicóptero y les dio unos minutos para retirarse. Fue lo único que dijo y, finalmente, los manifestantes se retiraron.
Como ése, atendió otros casos delicados, comentan. Y así esperan que siga trabajando. Lo que es predecible, dicen, es que muchos servidores públicos de lo que era la PGR no se adecúen al cambio y tengan que salir, ya sea por decisión propia o de la institución.
#¿LoboEstásAhí?
El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México alista el llamado a los accionistas del Fideicomiso Inversión en Energía e Infraestructura del aeropuerto de Texcoco, conocido como Fibra E, para liquidarlos a finales de febrero.
Se trata de otro desembolso de 30 mil millones de pesos. En los próximos días, uno a uno serán llamados los representantes de las cuatro Afores que lo integran, con lo que se dará el siguiente paso que tiene que ver con la liquidación de compromisos con financiadoras de lo que sería el megaproyecto del sexenio de Enrique Peña Nieto.
En tanto, los trabajos de construcción cuyos contratos estaban a punto de finiquitar siguen, para no pagar multas por cancelación de la obra, por eso aún se observa movimiento dentro del predio.
Aunque del total de los 450 contratos existentes apenas se han finiquitado 10, éstos representan 9% del total de los recursos, es decir, 84 mil millones de pesos de los 115 mil millones que representan los contratos.
Mientras termina de “morir” el aeropuerto de Texcoco, avanza la conformación de equipo que trabajará en Santa Lucía, principalmente de logística y seguridad, antes que de ingeniería y arquitectura, muy de cerca del presidente López Obrador.