En octubre de 2018, el FMI alertó a los países desarrollados y emergentes del riesgo que implicaba iniciar un proceso de proteccionismo comercial sobre la propia actividad económica. En aquel entonces redujo el crecimiento global haciendo hincapié de los efectos perjudiciales que produciría el proteccionismo comercial iniciado por Estados Unidos.
La imposición de aranceles por 250 mil millones de dólares de Estados Unidos a China, los 110 mil millones de China a la Unión Americana, aunado a la imposición de aranceles al acero, a los automóviles, etcétera, con otros países, han sumado una férrea lucha en el intercambio comercial global.
Esta semana, el FMI vuelve a advertir sobre dicha situación y redujo el estimado de crecimiento a 3.5% anual para 2019. Además, revisó a la baja la expectativa de crecimiento para la Zona Euro a 1.6% desde 1.9%, mientras que a Estados Unidos y China los mantuvo en 2.5% y 6.2%, respectivamente, aunque aclarando el proceso de desaceleración de China, cuyo crecimiento económico en 2018 fue de 6.6%, consecuencia de una medición preliminar del cuarto trimestre de 6.4% anual.
Para México, ajusta el crecimiento a 2.1% anual ante una baja inversión privada especialmente. El T-MEC que ya se aprobó entre los Gobiernos, pero debe ser ratificado en cada uno de los Congresos, y en el caso de Estados Unidos, mientras no se resuelva el “shutdown” (cierre parcial), la ratificación del acuerdo comercial se postergará y en la medida de no tener la certeza de su aprobación, es poco probable ver nuevas inversiones relevantes.
Además, el inversionista se encuentra a la expectativa de conocer la forma de trabajo del nuevo Gobierno, el cual también tiene una adaptación a las tomas de decisiones y al uso de los recursos aprobados en el presupuesto.
Así, 2019 ha iniciado relativamente estable en el desarrollo de los mercados. Sin duda, eventos como la relación comercial Estados Unidos-China siempre serán relevantes. Sin embargo, el Brexit, Italia y los vencimientos de deuda, Alemania y su cambio de liderazgo, la Fed ante un entorno de menor crecimiento y probablemente con una menor presión inflacionaria, seguirán dentro de la lectura de inversionistas. Entre marzo y julio, estimamos que el desarrollo de los mercados tendrán mucho mayor volatilidad y en varios casos con movimientos erráticos.
Consideramos que esta segunda llamada del FMI es para insistir en los riesgos de una mayor velocidad en la desaceleración del crecimiento mundial.
Hace unos días, el Banco Mundial hizo lo propio para la actividad mundial 2019, siendo más pesimista en el crecimiento mundial y en algunos países como Japón y en varias economías emergentes.