PANAMÁ.- El Papa Francisco pidió hoy una solución justa y pacífica para la “grave situación” en Venezuela, luego del rezo del Ángelus en el Hogar el Buen Samaritano de Panamá, que brinda asistencia a jóvenes y adultos de bajos recursos que padecen VIH-SIDA.
“Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido en estos días ante la ‘grave situación’ que atraviesa”, expresó el Sumo Pontífice en el marco del último día de su visita a Panamá para los trabajos de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El director interino de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, informó el viernes pasado que el Papa Francisco había sido informado de las noticias provenientes de Venezuela y que seguía de cercanía el desarrollo de la situación y rezaba por todos los venezolanos.
“Pido al Señor que se busque y se logre una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetando los derechos humanos y deseando exclusivamente el bien de todos los habitantes del país. Los invito a rezar poniendo bajo el amparo de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela”, afirmó el Papa.
Marco Antonio Ponce, coordinador del Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social, informó que hasta el viernes por la tarde al menos 29 personas habían muerto durante protestas registradas en Caracas y otras ciudades venezolanas, repelidas por las fuerzas del orden público.
En su mensaje a los pacientes portadores del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) del Buen Samaritano, el jerarca católico dijo que su visita era “un motivo para renovar la esperanza” y les dio gracias a Dios “por permitirlo”.
Destacó que durante la preparación de este encuentro leyó el testimonio de uno de los miembros del hogar que “le tocó el corazón” porque decía: aquí yo nací de nuevo. Francisco aseguró que en este hogar “no nacen de nuevo solo los que podríamos llamar beneficiarios, sino la Iglesia y la fe, gracias a la caridad”.
En este hogar, afirmó, nadie puede ser indiferente o ajeno, “ya que cada uno es piedra necesaria en su construcción” y eso implica pedirle al Señor que nos regale la gracia de aprender a tenernos paciencia, a perdonarse y aprender todos los días a volver a empezar todas las veces necesarias”.
El Papa recordó la parábola del Buen Samaritano y dijo que en la Casa Hogar existe “un ejemplo concreto de la vida real que todos ustedes conocen y viven muy bien” dijo a los presentes, según un reporte de la agencia Vatican News.
Por último, el Sumo Pontífice señaló que el buen Samaritano, así como todas sus casas, “nos muestran que el prójimo es en primer lugar una persona, alguien con rostro concreto, real y no algo a saltear o ignorar, sea cual sea su situación”.
dpc