Para muchos la confianza debe ganarse; para otros, la única forma de comprobar que alguien es de confianza es confiando.
La apuesta de los programas de bienestar para las zonas cercanas a la ordeña de ductos de combustible puesta en marcha por el presidente Andrés Manuel López Obrador demostrará que en estos municipios existe la posibilidad de que a través de apoyos sociales, las personas se alejarán de una actividad que, de acuerdo a lo dicho por el Presidente, no es una alternativa, sino una muestra del fracaso de las políticas sociales y económicas de las últimas décadas.
Los programas de becas, tandas y pensiones para distintos sectores demográficos es directamente proporcional a la confianza que López Obrador deberá depositar en los funcionarios encargados de dispersar los recursos destinados para ello, y en esta lógica, si el pueblo es bueno, la burocracia y sus funcionarios también son parte del pueblo, aunque deberán estar sujetos al escrutinio y evaluación de sus acciones.
Las suspicacias surgen cuando en las últimas semanas, los distribuidores de combustible y algunos integrantes de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) han recibido llamadas de “funcionarios” que aseguran tener influencia en el Gobierno federal, y que a cambio de una módica cuota de 12 millones de pesos, tienen la capacidad de eliminar cualquier investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, que encabeza Santiago Nieto.
La estrategia contra el robo de combustible creada y aplicada por la Secretaría de Energía y la Dirección de Pemex ha generado molestias a los ciudadanos de varios estados del país, y será ahora tarea de ambas entidades encontrar a los funcionarios que al amparo de la coyuntura quieren engañar a los expendedores, y ofrecer un “borrón y cuenta nueva” totalmente falso, y que en nada abona al clima de confianza que se pretende construir desde el Gobierno federal.
Por otra parte, las asociaciones de gasolineros deberán alertar a sus agremiados, y la Unidad de Inteligencia Financiera proceder contra cualquier empresa a la que se le compruebe haber participado en el negocio del huachicol.
El esfuerzo realizado de manera conjunta entre los ciudadanos, quienes, según las encuestas, apoyan la cruzada gubernamental contra el huachicol, y las dependencias que enfrentaron la problemática del cierre de ductos, encontraría su fracaso en un boicot generado desde sus propias filas o las de sus amigos y conocidos; de ahí la importancia de que pronto pueda aclararse.
También habría que recordar que, aunque la naturaleza del mexicano es confiable, siempre existen aquéllos que ven en el río revuelto, la ganancia de sus relaciones con el poder en turno.
Los huachicoleros del poder abren boquetes en cualquier ducto en que se transporta la confianza del ciudadano en el Gobierno, generan las fugas de la credibilidad y enormes pérdidas de gobernabilidad.
Otro asunto en el cual deberá ganarse la confianza este Gobierno es en el asunto de las licitaciones y compras directas; lo que estamos viendo en Pemex podría generar un gran vuelco en la popularidad, pues los contratos directos, los vínculos de dichos empresarios y la poca transparencia podrían poner en jaque la credibilidad de la actual administración.