En breve el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca -en medio de la huelga masiva en Matamoros- será medido por los ciudadanos de Tamaulipas. Recordemos que las elecciones sirven para contratar y escoger a nuestros representantes populares, pero también para calificar a nuestras autoridades.
El panista logró sacar al PRI del Gobierno, pero desgraciadamente la inseguridad prevalece. Y, claro, las inversiones se van, ya que el desánimo es el común denominador.
No están en juego las alcaldías, pero se renovará la totalidad del Congreso -36 diputaciones- que representarán un referéndum a la actuación del primer mandatario que logró meter a su hermano al Senado de la República. Por cierto, esa polémica decisión también será medida en las próximas elecciones.
El Revolucionario Institucional, herido de muerte en aquella zona, hará sus esfuerzos, pero la verdadera competencia estará entre Acción Nacional y Morena.
También será evaluado con rigor el hidrocálido Martín Orozco Sandoval, que también enfrentará la ola morenista. El tricolor participará debilitado, y muy fortalecido el partido del Presidente de la República, que creció en aquel pequeño estado como la espuma.
Elegirán en Aguascalientes a 11 ayuntamientos, y Acción Nacional intentará defenderse, pero la influencia del tabasqueño preocupa a los azules, tanto que no los deja dormir tranquilos.
Carlos Joaquín González, que emigró del PRI para ganar con una alianza de izquierda derechizada, también será medido con la misma vara: las 25 posiciones en el Congreso de Chetumal serán una prueba de popularidad del actual mandatario.
Y, claro, el resultado de las elecciones le permitirán decidir al diputado federal morenista Luis Alegre -propietario de Radio Turquesa- participar o no en la contienda por la gubernatura.
Nadie puede negar la gran influencia política del de Macuspana, con el inicio de la construcción del Tren Maya y la gran actividad en la zona del secretario de Turismo, Miguel Torruco, que ayudan a pronosticar una mayoría de Movimiento Regeneración Nacional en la próxima legislatura, con cede en Chetumal.
El también aliancista Rosas Aispuro parece tener mayor control de la situación en la contienda por los 39 ayuntamientos que se renovarán, pero también se andan tronando los dedos los perredistas-panistas, y de plano despidiéndose del poder los alcaldes del PRI.
Obviamente estas elecciones, de medio término, serán un ejercicio de medición del gobernador de Durango, donde se espera una fuerte y reñida contienda.
Donde se antoja una masacre será en Baja California, donde todo indica ganará Morena -en alianza con el PT, Transformaremos y el Verde Ecologista- con su candidato Jaime Bonilla. Como aquí mismo lo pronosticamos -desde el año pasado-, el senador va con todo para sustituir al panista Francisco Arturo Vega de Lamadrid.
Por si fuera poco, las mediciones indican que llevará el “carro completo” junto con los cinco ayuntamientos y las 25 curules.
Después de la tragedia, donde perdiera la vida la gobernadora Martha Erika Alonso, también habrá elecciones en Puebla en este 2019, donde, sin tapujos, Morena intentará arrebatarle el poder al PAN.
Algunos dicen que sería un error político volver a lanzar a Miguel Barbosa Huerta, pero otros aseguran que es la gran oportunidad de AMLO para quedarse con esta importante plaza política.
Ojalá los que aparezcan en las boletas estén a la altura de la historia, y sean parte de la solución a la crisis que vive la entidad, comenzando por el interino Guillermo Pacheco Pulido.
Como se observa, este año podría ser la consolidación del partido que lidera Yeidckol Polevnsky, pero en el caso particular de Puebla, Morena ganaría perdiendo las elecciones.
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx