Foto: Twitter @ReutersLatam A su llegada fue recibido por el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed al-Nahyan, quien lo escoltó para encontrarse con el jeque Ahmed al-Tayeb, el gran imán de la mezquita Al-Azhar de Egipto  

Abu Dabi.- El Papa Francisco se convirtió en el primer pontífice en visitar la Península Arábiga el domingo, pocas horas después de haber emitido su condena más fuerte hasta la fecha a la guerra en Yemen, donde su anfitrión, Emiratos Árabes Unidos, tiene un importante papel militar.

Poco antes de partir hacia Abu Dabi, el Papa Francisco dijo que estaba siguiendo la crisis humanitaria en Yemen con gran preocupación, y usó su discurso habitual del domingo en la Ciudad del Vaticano para instar a todas las partes a implementar un frágil acuerdo de paz y llevar ayuda a millones de personas hambrientas.

“El llanto de estos niños y sus padres se eleva a Dios”, dijo a decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro.

Las imágenes de la televisión mostraron a Francisco siendo recibido a su llegada por el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed al-Nahyan, quien lo escoltó para encontrarse con el jeque Ahmed al-Tayeb, el gran imán de la mezquita Al-Azhar de Egipto, a quien abrazó el pontífice.

Emiratos Árabes Unidos ha tenido un rol importante en la coalición liderada por Arabia Saudita que lucha contra los hutíes, alineados con Irán, para restaurar al gobierno internacionalmente reconocido, luego de una guerra de casi cuatro años que ha llevado a Yemen al borde de la hambruna.

Naciones Unidas trata de implementar un acuerdo de tregua y retirada de tropas en el principal puerto yemení de Al Hudayda, que se acordó en conversaciones de diciembre como un paso para el establecimiento de confianzas que podría allanar el camino para que negociaciones políticas pongan fin al conflicto.

El Papa se reunirá con líderes musulmanes y celebrará una misa al aire libre para unos 120.000 católicos. Francisco ha dicho que el viaje, que termina el martes, es una oportunidad para escribir “una nueva página en la historia de las relaciones entre las religiones”.

 

MGL