SAN SALVADOR.- El izquierdista Nayib Bukele puso fin a tres décadas de bipartidismo en El Salvador tras arrasar este domingo en las elecciones presidenciales con su oferta de combatir la corrupción, la violencia y la pobreza en el país más pequeño de Centroamérica.
Bukele, un ex alcalde y empresario de 37 años, lograba un 53% de apoyo con casi el 90% de las actas procesadas, mientras que Carlos Calleja, dueño de la cadena de supermercados más grande del país, obtenía el 31%; unos resultados “irreversibles”, según el árbitro electoral.
El candidato oficialista, el ex canciller Hugo Martínez, se ubicó en un lejano tercer lugar con el 13% de los votos y puso fin a una década en el poder del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
“Este día es histórico para nuestro país, este día El Salvador rompió el bipartidismo, este día por fin pasamos la página de la posguerra”, dijo Bukele en una plaza de San Salvador que remozó durante su etapa como alcalde entre 2015 y 2018.
“Hemos ganado con más votos que ARENA y el frente (FMLN), este día hicimos más votos que todos los partidos políticos juntos”, agregó ante miles de seguidores que coreaban “sí se pudo”.
El FMLN -donde milita el actual mandatario Salvador Sánchez Cerén– y la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) -por la que postuló Calleja-, se alternaron la presidencia del país desde que terminó la guerra civil en 1992.
Descendiente de palestinos, Bukele supo capitalizar el descontento hacia los dos partidos tradicionales con su lema: “el dinero alcanza cuando nadie roba”. Además, realizó una activa campaña en redes sociales que caló en el electorado más joven, la mayoría de los 5,3 millones de votantes.
Durante su campaña electoral prometió acabar con la impunidad creando una comisión internacional contra la corrupción y propuso impulsar proyectos de infraestructura con la esperanza de contener el éxodo de migrantes hacia Estados Unidos, donde vive uno de cada cuatro salvadoreños.
Sin embargo, no ha dado detalles sobre cómo financiará un propuesto tren o puerto, una tarea cuesta arriba dado el enorme déficit público salvadoreño.
“Estamos muy contentos, en verdad esperamos un cambio porque ya estábamos aburridos de lo mismo”, dijo Ana Silvia Escobar, una comerciante de 38 años que llegó con su familia para celebrar el triunfo del joven político.
Bukele, quien asumirá en junio para un mandato de cinco años, tendrá que hacer frente a las políticas antimigratorias del presidente estadounidense Donald Trump y heredará un país con un menguante crecimiento económico y con una de las tasas más altas de homicidios del planeta.
La dolarizada economía salvadoreña no ha logrado crecer más del 3% anual desde hace una década, mientras el país se encuentra envuelto en una espiral de violencia, liderada por las temibles “maras”, organizaciones internacionales de pandillas criminales dedicadas al tráfico de drogas y extorsión.
gac