El director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, mantiene la hipótesis de que el asteroide Oumuamua, cuya forma le imprime una trayectoria errática, podría estar controlado por “seres inteligentes”, publicó hoy el diario The Washington Post.
El científico, que pidió tener “modestia cósmica” y dejar la arrogancia de creer que el ser humano es único en el universo, propuso que Oumuamua, palabra hawaiana que significa “primer mensajero”, puede ser “una sonda enviada intencionalmente a la vecindad de la Tierra por una civilización alienígena”.
Loeb ha considerado que el objeto, rodeado de misterios desde el día en que fue descubierto por los astrónomos de la Universidad de Hawai en octubre de 2017 debido a su trayectoria, puede ser una “vela luminosa” que “flota en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”.
La mayoría de los científicos asumen que Oumuamua, el único asteroide descubierto hasta ahora que no proviene del sistema solar, “es una especie de roca, ya sea un asteroide expulsado de una estrella en fusión hace cientos de millones de años, o un cometa helado que deambula por el vacío interestelar”.
“Pero se mueve demasiado rápido para ser una roca inerte, y se aleja del Sol como si algo lo estuviera empujándolo desde atrás. Y si se trata de un cometa que arroja chorros de vapor, las limitadas observaciones que hicieron los astrónomos no mostraron ninguna señal”, explicó Loeb.
El asteroide Oumuamua tiene un aspecto alargado, de aproximadamente 400 metros de longitud, avanza a unos 64 mil kilómetros por hora, y no gira alrededor del Sol, sino desde una dirección en la que se encuentra la constelación de Lyra.
Loeb afirmó que el asteroide puede estar en este momento volando más allá de la órbita de Júpiter y tardará años en cruzar el sistema solar y, una vez que lo haga, ya no regresará.
Especialistas de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) han revelado información sobre el objeto interestelar, el primer asteroide detectado que no proviene del Sistema Solar, con una forma irregular y una trayectoria errática.
Tras constatar cambios en la velocidad de su desplazamiento, Loeb, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, llegó a sugerir que podría tratarse de una “sonda” enviada a la Tierra de manera intencionada “por una civilización alienígena”.
DAMG