A mitad del año 1983, el autor de Cien años de soledad, Gabriel García Márquez, escribía: “… Un examen cuidadoso de las condiciones de América Central en estos cinco meses permitiría pensar, con muy escaso margen de dudas, que los logros de Contadora no sólo son positivos, sino en cierto modo espectaculares. Y no tanto por lo que se ha conseguido que suceda en América Central, que quizá no es mucho, como por lo que se ha logrado que no suceda. Por lo pronto, Estados Unidos no ha enviado tropas regulares a El Salvador, ni ha invadido a Nicaragua, ni ésta en guerra con Honduras y Costa Rica, ni el presidente Reagan ha podido hacer lo que le da la gana, frente a las reticencias del Congreso y la inconformidad creciente de su opinión pública. Uno tiene derecho a preguntarse, y los periodistas tenemos por lo menos la obligación de tratar de averiguarlo hasta qué punto los trabajos de Contadora han tenido que ver con esas verdades históricas”.
La remembranza viene a cuento a propósito del aniversario número 36 de la instalación del Grupo Contadora, que se cumplió el 9 de enero pasado. El Grupo Contadora, denominado así por la isla panameña en la que tuvo lugar el encuentro de los cancilleres de Panamá, Colombia, Venezuela y México para, citando nuevamente al gran Gabo, “examinar los factores de conflicto en América Central y el Caribe”.
Su conformación atendía el llamado que hicieron durante la entrega de los Premios Nobel un año antes, el propio García Márquez junto con otros laureados; como el mexicano Alfonso García Robles, la feminista y diplomática sueca Alva Myrdal, así como el entonces Presidente sueco, Olof Palme, que instaron a los Gobiernos de México, Venezuela, Panamá y Colombia para que actuaran como mediadores y buscaran soluciones a los conflictos que se vivían en Centroamérica.
Con esa experiencia, en el contexto actual y a instancias de México y Uruguay, un mecanismo multilateral de acción conjunta intentará encontrar soluciones pacíficas y negociadas a la situación que se vive en Venezuela. El próximo jueves 7 de febrero, en Montevideo, Uruguay, tendrá lugar la Conferencia del Grupo de Contacto Internacional que está compuesto por la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Bolivia, Costa Rica, Uruguay, Ecuador y, desde luego, México, que estará representado en la persona del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
El éxito alcanzado hace poco más de tres décadas es de esperarse que ahora se reproduzca, frente a la polarización que se vive en Venezuela. Es de saludar y recibir con beneplácito este nuevo esfuerzo multilateral para encontrar soluciones políticas y diplomáticas en favor de la protección de los derechos humanos y de la democracia en esta América nuestra que, una vez más, se encuentra lastimada.