Foto: Cuartoscuro Con la técnica de fotorrefracción, especialistas del IPN diagnostican de forma instantánea miopía, hipermetropía y astigmatismo en bebés, a fin de incidir en una cultura de la prevención y detección oportuna de afecciones visuales desde las primeras etapas de vida  

Con la técnica de fotorrefracción, especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) diagnostican de forma instantánea miopía, hipermetropía y astigmatismo en bebés, a fin de incidir en una cultura de la prevención y detección oportuna de afecciones visuales desde las primeras etapas de vida.

 

Omar García Liévanos, titular del proyecto de investigación, que se realiza en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS) Unidad Santo Tomás, señaló que la principal ventaja de esta metodología es que no es invasiva y es muy sencilla; únicamente se necesita tomar una fotografía de ambos ojos para estimar el estado refractivo.

 

García Liévanos, quien es miembro del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) consideró que se pretender incluir esta prueba como un tamizaje visual temprano.

 

Este dispositivo permite detectar una anisometropía (diferencia de graduación entre los ojos), lo cual puede ayudar a evitar problemas sensoriales como la ambliopía, que es la pérdida de la capacidad para ver claramente a través de un ojo aún usando lentes.

 

Ello, debido a que al enviar una imagen borrosa o equivocada al cerebro, éste se confunde y aprende a ignorar la imagen proveniente del ojo más débil, todo esto pudiera provocar un estrabismo (ojo desviado o bizco).

 

En un comunicado del IPN, el experto en óptica refirió que de acuerdo con estudios internacionales se estima que en el 2050, la mitad de la población mundial padecerá miopía y México no será la excepción.

 

“Por ello, como parte de los esfuerzos que se hacen para controlar la alta prevalencia, la detección temprana permitirá una mejor intervención clínica”, sostuvo.

 

El principio óptico de la fotorrefracción consiste en iluminar el ojo con una fuente de luz.

 

“Para conocer el estado refractivo analizamos qué porción de la pupila se ilumina y mediante algunos cálculos (trazo de rayos) es posible conocer cómo llega la luz a la retina; entonces a partir de ese punto se traza otro rayo de regreso de la retina a la pupila que ayuda a encontrar ciertas ecuaciones útiles para determinar la graduación del paciente”, precisó.

 

Agregó que cuando se ilumina el mismo lado de la que proviene la fuente de luz se trata de miopía, mientras que cuando sucede esto del lado contrario, el padecimiento es hipermetropía. Entre más pequeña sea la zona iluminada de la pupila, la graduación será menor.

 

 

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