Óscar Arias, expresidente de Costa de Rica (de 1986 a 1990 y de 2006 a 2010), sumó ayer la quinta acusación en su contra por acoso sexual… en el transcurso de una semana.
Los señalamientos contrastan con su influyente perfil político en Centroamérica, que le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1987.
El primer caso se dio a conocer el lunes pasado, cuando la doctora y activista antibélica costarricense Alexandra Arce von Herold presentó su denuncia por acoso sexual ante la Fiscalía Adjunta de Género.
Argumentó que los hechos ocurrieron en 2014, en casa del exmandatario, en Rohrmoser, cuando colaboró con Arias, y que su denuncia fue apenas presentada porque ahora existe un contexto internacional de apoyo.
Posteriormente trascendieron acusaciones de tres mujeres más: las periodistas Nono Antillón, Emma Daly y Mónica Morales.
La costarricense Antillón denunció a Arias por “toqueteos” cuando colaboró con él, hace 35 años, como su asesora de prensa.
La británica Daly, hoy directora de comunicaciones de Human Rights Watch, señaló que está dispuesta a colaborar sobre lo que pasó con Arias en 1990, cuando realizó una visita al exmandatario en Managua.
Morales, de la revista Perfil, publicó que Arias la hizo pasar “un momento incómodo” durante una entrevista en 2013, al insinuarle con la mirada que se sentara en sus piernas.
A la lista se sumó ayer Marta Araya Marroni, quien editó el libro de Arias titulado Con velas, timón y brújulas y afirmó que el exjefe de Estado la hostigó en varias ocasiones en 2012, cuando lo asistía mientras escribía el libro.
El exmandatario negó haber actuado “irrespetando la voluntad de ninguna mujer” y que no haría más referencia sobre denuncias que no se hayan presentado de manera oficial ante ninguna autoridad, mientras se acumulan las acusaciones.
LEG