El dedito comenzó a hacer calentamiento para decidir el futuro de Puebla.

Sobre todo, a partir de que un diario de la capital publicó una encuesta en la que se muestra una enorme ventaja de Morena sobre el PAN de cara a la elección de gobernador.

Y, como en Morena ya se sienten ganadores, el pleito por el botín, perdón, por la gubernatura mostró dos fracciones (hasta el momento) del partido de un solo hombre.

Por un lado, la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, que insiste a toda costa en repetir a Miguel Barbosa como candidato.

Y por el otro, el sólido grupo de los senadores de Morena (55) que decidieron apoyar abiertamente al senador Alejandro Armenta Mier, en contra de lo declarado una y otra vez por la dirigente.

Pero no sólo los senadores quieren a Armenta.

Los diputados locales de Morena en Puebla también se dividieron; los que están a favor de Armenta argumentaron que Barbosa “por su estado de salud’’ no podría ser candidato, y pidieron a su dirigencia garantizar a un aspirante “que no ponga en riesgo’’ la continuidad del Gobierno poblano.

Los que están con Barbosa calificaron como una “bajeza’’ la declaración de los partidarios de Armenta, y pidieron esperar a la convocatoria del partido.

Ya se sabe que el candidato será elegido mediante una encuesta (que nadie conoce, por una empresa igualmente fantasma) que ahora deberá incluir el nombre de Armenta.

Aunque al final, ya sabemos, el candidato será el que señale el dedito mañanero.

¿Qué pesará más en el ánimo del gran elector? ¿La amistad con Barbosa o el peso de la fracción en el Senado y los diputados locales?
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Y mientras eso ocurre en Morena, en el PAN nomás no dan pie con bola.

La dirigencia nacional no se ha reconciliado con la dirigencia estatal que no sólo no votó en contra del gobernador interino (surgido del PRI), sino que ¡votó a favor!, lo que enturbió más la selección de su candidato a gobernador.

El morenovallismo no tendrá la fuerza que tuvo la elección pasada, y ahora deberá negociar con los grupos del PAN, algunos totalmente contrarios, para sacar a un candidato que más o menos pueda competir con quien resulte ganador en Morena.

Una prueba de fuego para Marko Cortés, que nomás no ha podido conciliar entre todos los grupos.

Si no puede con Puebla, pobre Marko, pobre PAN…

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Por cierto, el diputado de Morena, Francisco Elizondo Garrido, propuso un punto de acuerdo a la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad para que la presidenta de la Cofece, Alejandra Palacios Prieto, comparezca en una reunión de trabajo.

Se trata, según el documento, de que la funcionaria explique sus opiniones en contra de Banco Azteca “en contravención de los principios de imparcialidad, legalidad, objetividad, certeza, honestidad y transparencia por observar en el ejercicio de su cargo’’.

No se sabe cuándo comparecerá Palacios, pero los diputados de Morena parece ser que no dejarán ir el asunto hasta que haya una aclaración pública de sus dichos.

A ver.