Con 156 parejas identificadas a nivel nacional, desgraciadamente no hay mucho que celebrar en el Día Nacional del Águila Real, lamentó el coordinador técnico de proyectos especiales y de innovación del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, Enrique Cisneros.
Entrevistado por 24 HORAS, el conservacionista precisó que tal vez existan más parejas de esta ave, símbolo nacional del país, pero no se tiene registro de ellas, pero la presencia de más aves no liberaría a esa especie de la situación crítica en la que encuentra.
“Esas parejas son demasiado pocas, son las que se han podido encontrar con un esfuerzo muy grande de monitoreo y de investigación en el que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas ha servido como órgano rector y hemos participado varias organizaciones”, expresó Cisneros.
Sin duda, consideró, la mayor presión que se tiene sobre este animal, símbolo patrio del país, es el número de personas que habitan en México, y la irresponsabilidad que se tiene hacia el medio ambiente.
Indicó que la pérdida de su hábitat impacta en la supervivencia del águila real, pero también el envenenamiento, “todavía en el 2019 seguimos envenenando depredadores que compiten con el ganado como el lobo, e indirectamente lo hace con el águila real que consume ese bocado”.
También, dijo, la existencia de cables de alta tensión en las zonas donde habita el ave ocasiona la electrocución de individuos, principalmente los juveniles de uno a cuatro años de edad, lo que dificulta el incremento de la población.
Cisneros expresó que no hace falta una legislación más severa que castigue a los responsables de matar águilas reales o de traficar con sus polluelos, sino simplemente que se aplique efectivamente.
A pesar del riesgo de extinción, que dijo, existe sobre esta especie, se consideró positivo sobre el destino de esta ave.
“Espero que la gente se entere que el 13 de febrero se conmemora el Día Nacional del Águila Real; que está en la Bandera, que está en las monedas, que la vemos, pero no la vemos, y que busque información al respecto.
“Y si pueden, que busquen vías de participación, de aportación de recursos, porque aún hay muchas cosas por hacer”, concluyó el conservacionista.
LEG