El presidente López Obrador acaba de tomar una decisión cuyas consecuencias no midió. El reciente anuncio de reducir los recursos destinados a las estancias infantiles fomenta el asistencialismo y, lo más grave, genera pobreza.
México cuenta con uno de los sistemas de medición de pobreza más complejos del mundo. Nosotros evaluamos seis tipos de carencias: alimentación, educación, acceso a servicios médicos, acceso a seguridad social, calidad de la vivienda y servicios a la vivienda, todas ellas ligadas a un derecho constitucional, además de la capacidad para adquirir productos y servicios de dos canastas preestablecidas.
Dentro del rubro de educación, uno de los parámetros de medición de pobreza es el acceso de los niños de entre tres y cinco años de edad al preescolar, obligatorio desde 2008 como parte de la educación básica. Desde su creación en el sexenio de Felipe Calderón hasta 2015, cuando José Antonio Meade fungía como secretario de Desarrollo Social, las estancias infantiles brindaban únicamente el servicio de guardería, siempre útil para las familias que trabajan.
Sin embargo, dichos espacios eran a su vez generadores de pobreza, ya que en las mediciones hechas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la educación preescolar es obligatoria y ésta no era impartida. Una medida impulsada por Desarrollo Social en 2015 permitió que los responsables de las estancias infantiles fueran capacitados para poder certificar a los menores que gozan de estos servicios. Así, las familias tenían la garantía de que sus hijos eran cuidados y educados al mismo tiempo. Y lo más importante, se reducían por esta vía los índices de pobreza en el país.
Las cifras así lo demuestran. La última medición del Coneval indica que entre 2014 y 2016, el número de niñas y niños que no asistían a la escuela se redujo de 1.74 millones a 1.46 millones. Es decir, 280 mil menores más tuvieron la oportunidad de ser escolarizados y contar con su certificado de preescolar.
Además de obligatorio, el preescolar es indispensable para una formación futura. La OCDE indica que los alumnos que sí cursaron preescolar obtienen mejores resultados en matemáticas, lectura y ciencias, sin importar el origen socioeconómico. James Heckman, Premio Nobel de Economía, advierte que un peso invertido en este rubro, con el tiempo, se llega a multiplicar por siete.
Sería bueno que alguno de sus asesores hiciera saber al primer mandatario que la decisión de reducir el presupuesto a las estancias infantiles y entregarlo directamente a las familias fomentará la inasistencia a estos espacios que hoy son centros de educación preescolar. Además, pone en riesgo su propia evaluación de combate a la pobreza. Que no se llame a sorpresa si los índices se le incrementan. Seguro buscará culpables en el pasado.
Segundo tercio. ¿Cuando un ex comunicador social pasa a un medio también es “chapulín fifí”? Que algún colega le pregunte al Presidente en su conferencia mañanera para despejar cualquier duda.
Tercer tercio. ¿Qué habrá sido lo que más le gustó de Houston a Javier Jiménez Espriú para comprar tan lujoso departamento en aquella ciudad texana? Dicen que fue su aeropuerto.