El exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, acusado de rebelión en el juicio que se celebra en Madrid, dijo ayer que se considera un preso político, e insistió en que Cataluña tenía el derecho de autodeterminación.
Junqueras es considerado el más prominente de los 12 líderes catalanes enjuiciados ante el Tribunal Supremo español por su papel en el fracasado intento de secesión de 2017.
Analistas e historiadores consideran este episodio un caso paradigmático que refleja las profundas divisiones políticas en España, y que desencadenó la mayor crisis política del país en décadas.
“Estoy convencido de que se me acusa por mis ideas y no por mis hechos”, dijo al tribunal.
“Fui cesado como vicepresidente de la Generalitat y fui cesado por la aplicación del (artículo de la Constitución) 155 y por ello me considero un preso político”, dijo Junqueras, en referencia a la decisión del gobierno español de asumir el control de las instituciones catalanas tras la declaración de independencia, en octubre de 2017.
Esa declaración llegó después de un referéndum independentista que fue considerado ilegal por parte de los tribunales y al que el entonces Ejecutivo español, liderado por Mariano Rajoy, respondió enviando policías a la región.