TLAHUELILPAN. Hoy se cumple un mes de la explosión ocurrida en un ducto de Pemex ubicado en la localidad de San Primitivo y los familiares de la víctimas no se han movido de la llamada “zona cero”, pues muchos, hasta el momento, no saben nada de aquellos que esa noche perdieron la vida.
Justo hoy, bajo una temperatura de unos 30 grados registrada en Tlahuelilpan, familiares y amigos de las víctimas empezaron a cerrar la zanja principal donde ocurrió el estallido y entre lágrimas todavía buscan algún resto o cenizas de sus parejas, hijos, nietos o sobrinos.
El grupo de personas, que después del 18 de enero no ha vuelto a ver a sus familiares, decidió hacer una fosa en el lugar, donde depositan ropa, carbón o cenizas que ellos creen les pertenecen.
Aunque hoy se cierra la zanja, ellos dicen que no van a parar hasta tener una respuesta por parte de las autoridades, tampoco dejarán de buscar en el sitio de la explosión de lo que consideran algún indicio del hecho.
En la zona hay vigilancia por parte de elementos de la policía municipal, estatal y federal, mientras el grupo de personas no para de buscar y hacer agujeros con picos y palas en sitios que creen pueden hallar algo.
Amalia Bautista Serrano es una de las tantas madres que aquí buscan a sus hijos. Ella perdió a Hugo Olvera, un adolescente de 13 años que cursaba el segundo grado de secundaria.
“Se vino, lo trajeron, quién sabe, pero nosotros no estábamos cuando se vino, desgraciadamente aquí lo vieron, por eso nosotros andamos en búsqueda hasta encontrar lo último”, relató entre lágrimas.
La mujer originaria del municipio de Tezontepec señala que el adolescente no tenía necesidad de robar combustible, “se vino por curiosidad” y aquí terminó su vida; “nosotros no vamos a descansar hasta enterrar a todos y si desgraciadamente no salen entre los cuerpos que tienen las autoridades, él ya se quedó aquí”.
Este mediodía Amalia Bautista se reunió con los demás familiares de los afectados en la explosión, para recordarlos a un mes de aquel suceso que ha dejado hasta el momento 130 muertos y varios hospitalizados.
A la llamada “zona cero” llegaron con flores, fotografías y veladoras. Entre la tristeza y la desesperación, dijeron que “esto no se termina hasta que se termina” y posteriormente rezaron un Rosario, mientras que con el apoyo de una maquinaria pesada se cerraba la zanja.
En el lugar, cerca de la fosa, el sábado pasado se colocaron tres cruces. La más alta (de cinco metros) dice: “Padre, en esa señal de la cruz recibe a todos tus hijos y ten misericordia”, y al lado tienen las otras dos de 2.5 metros.
Después de las 14:00 horas, poco a poco se fueron retirando algunos de los familiares de la víctimas, ya que por la tarde habrá una misa en la iglesia de Tlahuelilpan, con la que también van a recordar a los fallecidos.
JMSJ