Con el recuerdo de titanes como el nigeriano Hakeem Olajuwon o el congolés Dikembe Mutombo, cuesta entender la escasa presencia africana en la historia de la liga estadounidense con mayor predominancia afroamericana (cerca del 81 por ciento).
Por supuesto, en la NBA los africanos han triunfado muchísimo más a menudo que en la NFL o las Grandes Ligas beisboleras. No obstante, la cifra continúa siendo baja, sobre todo si se compara con la del futbol de élite, en Europa.
Tras un fin de semana de Juego de Estrellas marcado por el enceste de Hamidou Diallo (de padres guineanos) y por la relevancia de Giannis Antetokounmpo (de ascendencia nigeriana), se ha anunciado que la NBA pondrá algo más que los ojos en África. A partir de 2020, un certamen que enfrentará a 12 equipos y se convertirá en un semillero directo para la duela profesional estadounidense, con clínicas, logística e inversión desde la oficina del comisionado en Nueva York.
Un torneo de máxima seriedad si se considera que el aficionado más poderoso que haya tenido este deporte y a su vez el descendiente de africanos que haya ocupado el cargo más importante, es uno de sus mayores promotores: Barack Obama ha brindado un discurso en el lanzamiento del proyecto, enfatizando su interés de ocupar un cargo formal en el mismo. “Espero que entiendan, a través del deporte, que si realizan un esfuerzo serán recompensados. Espero que aprendan, a través del deporte, lo que significa jugar en equipo y que incluso si eres el mejor jugador, tu trabajo no es sólo exhibir tu talento sino hacer a tus compañeros mejores”, dijo el ex presidente de Estados Unidos.
Gran idea que remite a algunos intentos nunca consumados del futbol europeo. Por ejemplo, cuando Sudáfrica era el país de moda por la llegada de la democracia de la mano de Nelson Mandela, el Ajax holandés fundó una filial en Ciudad del Cabo pensando que sería una cuna de talento africano. La inmensa diferencia radica en que esto va más allá de un equipo o un esfuerzo aislado; es como si la UEFA instalara una versión de su Champions en este continente, comprometida a invertir no sólo dinero y conocimiento, sino su muy valorado nombre.
Será muy interesante el desarrollo de este concepto, aunque con Obama involucrado, hay elevado margen para el optimismo. La NBA tiende a multiplicar su captación de promesas foráneas, al tiempo que crezca su posicionamiento en un mercado notoriamente conquistado por el futbol.
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