Washington.– La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó a Honduras y Guatemala a garantizar los derechos de las personas que integran una caravana que partió el mes pasado a México, con la meta de llegar a Estados Unidos, tras reportar obstáculos para su salida y paso.
En un comunicado, la CIDH señaló que los hondureños enfrentaron obstáculos para abandonar su país como retenes, bloqueos con vallas formadas por agentes de seguridad y puestos fronterizos donde les pedían su documentación, así como gases lacrimógenos lanzados por la policía, que dejaron varias personas heridas.
Dichas medidas fueron tomadas en el marco de una campaña en los medios de comunicación hondureños para convencer a las personas de permanecer en el país, lo que provocó que los migrantes evitaran los cruces regulares y utilizaran rutas más peligrosas, de acuerdo con la Comisión.
En el caso de Guatemala, la CIDH recibió denuncias sobre el uso de la fuerza por parte de autoridades de ese país contra los migrantes, como una barrera de policías antimotines con toletes, balas de goma y armas, que nada más daban el paso a mujeres acompañadas de niños.
La CIDH instó a ambos Estados a abstenerse de criminalizar la migración, garantizar el respeto de la integridad y la dignidad de las personas que se encuentran bajo su jurisdicción, permitir la salida de las personas de su territorio, y a garantizar el derecho a buscar y recibir asilo.
El organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó su preocupación sobre la situación de los derechos humanos de los migrantes que integran la caravana, conformada el 14 de enero pasado en San Pedro Sula, Honduras, cuyo objetivo es llegar a territorio estadunidense.
La presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena, afirmó que “muchas de las personas que integran las caravanas tienen necesidades de protección internacional y muchas otras se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y requieren de protección especial”.
Entre los migrantes que requieren protección especial, Arosemena mencionó a niños y adolescentes, mujeres, personas con discapacidad, miembros de la comunidad LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero e Intersexuales) y adultos mayores, entre otros.
“La Comisión recuerda que el uso de la fuerza en operativos migratorios se debe utilizar únicamente en observancia a los principios de finalidad legítima, absoluta necesidad y proporcionalidad; y que las personas migrantes no representan una amenaza a la seguridad nacional”, apuntó el texto de la entidad.
La CIDH consideró además que la migración forzada de personas de Honduras, El Salvador y Guatemala, que integran el llamado Triángulo Norte, es uno de los principales desafíos de derechos humanos de la región, desde hace varios años.
“Migrar no es un delito. Los movimientos migratorios masivos que venimos observando desde hace varios años son un reflejo de la situación de violencia generalizada, discriminación, pobreza y desigualdad” que enfrentan los países del Triángulo Norte, indicó el relator sobre los Derechos de los Migrantes de la CIDH, Luis Ernesto Vargas.
Según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de solicitantes de asilo procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala, aumentó en forma significativa en los últimos cinco años.
El número de personas que tienen solicitudes de asilo pendientes de resolución aumentó 439 por ciento, mientras que la cifra de personas a las que ya les fue otorgado el asilo se incrementó 150 por ciento durante ese periodo.
fahl